El jueves pasado, el parque Crotona en el Bronx se tiñó con el rojo distintivo del movimiento republicano MAGA (Make America Great Again), liderado por el expresidente Donald Trump. A pesar de estar siendo juzgado en cuatro procesos penales en la ciudad, Trump se postula para la reelección y celebró un mitin en el corazón del Bronx, un territorio que ha sido históricamente hostil para los republicanos.
El Bronx es el condado más pobre de Nueva York y uno de los más demócratas de los Estados Unidos. Sin embargo, Trump tiene la esperanza de ganar algunos votos entre la población de color que representa la mayoría en esta área. El 65% de los 1,3 millones de habitantes del Bronx son hispanos y el 31% son afroamericanos. En el mitin, el español se convirtió en la lingua franca entre la multitud de hispanos que acudió al evento.
El mitin también contó con la presencia del republicano George Santos, quien fue expulsado del Congreso por proporcionar información falsa. Santos se unió a los seguidores de Trump, posando para fotografías y conversando con los asistentes. Otros seguidores del movimiento incluían hombres con trajes de camuflaje y tatuajes, banderas de Israel y gorras de béisbol con las siglas MAGA.
Durante su discurso, Trump prometió mejorar la seguridad en el metro, desalojar a las personas sin hogar de los parques y las calles, y llevar a cabo la mayor deportación de inmigrantes en la historia de los Estados Unidos. Su discurso fue recibido con una ovación estruendosa, especialmente cuando prometió construir un muro en la frontera.
A pesar de la retórica antiinmigrante de Trump, muchos de los hispanos que asistieron al mitin expresaron su apoyo al expresidente. Celia, una inmigrante de la República Dominicana que llegó a Nueva York en 1984, dijo que votaría por Trump con la esperanza de que «ponga orden» y detenga la inmigración ilegal. Otros asistentes expresaron opiniones similares, argumentando que los inmigrantes deberían ingresar al país de manera legal.
La visita de Trump al Bronx también fue objeto de protestas. Varios representantes demócratas del distrito convocaron una contramanifestación, declarando a Trump como persona non grata. Sin embargo, los enfrentamientos entre los manifestantes y los seguidores de Trump fueron contenidos por un fuerte despliegue policial.
Mientras Trump busca ganar el apoyo de los votantes negros e hispanos, su rival, Joe Biden, también está haciendo esfuerzos para atraer a estos grupos demográficos. Biden visitó recientemente la Universidad de Morehouse, uno de los principales campus afroamericanos del país. A pesar de las diferencias políticas entre los dos candidatos, ambos reconocen la importancia de estos votantes para las elecciones de noviembre.
Las encuestas recientes sugieren que Trump ha ganado terreno entre los votantes negros e hispanos desde las elecciones de 2016. Según una encuesta de marzo del Siena College para The New York Times, Trump aparecía como la opción del 23% de los negros y el 46% de los hispanos frente a Biden.
Pero más allá de la inmigración, otros problemas también pesan en la mente de los votantes del Bronx. Con el 35% de los residentes viviendo por debajo del umbral de la pobreza y la inflación en aumento, muchos dependen de las ayudas para la alimentación y están preocupados por el costo creciente de la vida. A pesar de estos desafíos, Trump está dispuesto a desafiar las probabilidades y ganar el apoyo de los votantes en Nueva York, un estado que no ha votado por un presidente republicano desde 1980.