El Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas (TIJ) se abstuvo de emitir medidas cautelares en la demanda presentada por México contra Ecuador por la presunta violación de leyes internacionales. La acusación se centra en la incursión de la policía ecuatoriana en la embajada mexicana en Quito el 5 de abril pasado, lo que resultó en la expulsión forzada del exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
La posición de México reside en su solicitud al TIJ para que se proteja su sede diplomática y las residencias privadas de sus representantes. Sin embargo, el TIJ afirmó que las garantías brindadas por el gobierno ecuatoriano eran suficientes, pero se negó a tomar medidas adicionales. A pesar de esto, el tribunal enfatizó la inviolabilidad de las embajadas y aclaró que su decisión no prejuzga su capacidad para abordar el asunto principal del caso.
La relación diplomática entre México y Ecuador se ha fracturado como resultado de este incidente. La decisión del TIJ, presentada por su presidente, Nawaf Salam, señala que Ecuador se ha comprometido a garantizar la protección y seguridad de las instalaciones, propiedades y archivos de la embajada de México. Declaró que Ecuador también permitirá que las sedes diplomáticas sean despejadas y se abstendrá de cualquier acción que pueda agravar la disputa, buscando una solución pacífica al conflicto.
El TIJ concluyó que, dado que «no hay un riesgo real e inminente de perjuicio irreparable para los derechos de México», no hay necesidad de medidas cautelares. La demanda de México ante el TIJ en abril se basó en el argumento de que «los Estados no pueden invocar medidas internas para incumplir las normas internacionales», según Alejandro Celorio Alcántara, consultor jurídico del Servicio Exterior mexicano.
México argumentó que el asalto a su embajada en Quito estableció un precedente desconcertante que tiene ramificaciones para toda la comunidad internacional. Además, México solicitó que Ecuador sea suspendido como miembro de las Naciones Unidas hasta que presente disculpas formales por el incidente.
El fallo del TIJ subrayó la necesidad de resolver las disputas diplomáticas por medios pacíficos y reafirmó la inviolabilidad de las embajadas, consulados y su personal como un principio fundamental de las relaciones internacionales. La incursión de la policía ecuatoriana en la embajada de México se considera extraordinaria a la luz de la Convención de Viena de 1961, que no solo regula las relaciones diplomáticas sino que también garantiza el intercambio pacífico entre estados.
El incidente que desencadenó el conflicto diplomático fue el intento de la policía ecuatoriana de evitar que el exvicepresidente Jorge Glas huyera. Glas, acusado de malversación de fondos, había pasado cinco años en prisión por varios cargos de corrupción durante la presidencia de Rafael Correa. Fue liberado en noviembre de 2022 por razones de salud, y se le había concedido asilo político en México.
Ecuador justificó la operación policial alegando un riesgo de fuga debido a la negativa de México a permitir su detención. En respuesta a la demanda de México, Ecuador sostuvo que sus representantes podían retirar sin problemas los bienes y documentos que deseen de su embajada en Quito, ya que no están desprotegidos. También argumentó que las circunstancias que llevaron al arresto de Glas ya no existen.
Andrés Terán Parral, embajador ecuatoriano en los Países Bajos, afirmó en mayo que «no hay, por tanto, un caso que deba ser tenido en cuenta por el tribunal». Para el gobierno ecuatoriano, México obstruyó su sistema judicial e interfirió en sus asuntos internos al acoger a Glas.