La trayectoria de Carlo Acutis: Del genio de la informática a la santidad, su educación, pasiones y abrupta enfermedad.

La historia de Carlo Acutis, el genio informtico que se convirti en santo: sus estudios, sus pasiones y su repentina enfermedad

El jueves reciente, el Papa Francisco firmó los decretos de canonización que otorgarán la santidad a Carlo Acutis, un joven milanés fallecido en 2006 a causa de una leucemia mieloide aguda. Con tan solo 15 años al momento de su muerte, es conocido por ser el primer santo de la historia que tuvo un perfil social en Facebook, desde el cual daba testimonio de su profunda fe. Su pasión por las tecnologías de la información y la evangelización digital, le ha llevado a ser considerado por muchos como «el santo patrón de Internet».

Carlo Acutis, hijo de Andrea Acutis, ex presidente de Vittoria Assicurazioni, y de Antonia Salzano, era un niño lleno de energía. A pesar de ser nativo de Londres, donde su familia se encontraba por razones laborales en el momento de su nacimiento en 1991, vivió toda su vida en Milán. Su educación transcurrió en la guardería de San Carlo, la escuela primaria en el Instituto Tommaseo de las Hermanas Marcelinas, y finalmente se matriculó a los 14 años en el liceo clásico León XIII.

Carlo era un estudiante ejemplar y un asiduo al polideportivo Leone. Sin embargo, su pasión se extendía más allá de las aulas y los campos de juego; tenía un profundo interés en ayudar a los necesitados. Fue voluntario en el comedor de los Capuchinos y de las monjas de la Madre Teresa y ayudaba a niños con dificultades en la escuela. Además, solía salir de casa con comida y bebidas calientes que llevaba a las personas sin hogar.

Carlo Acutis mostró una fe poco común y un fervor religioso desde temprana edad, llevándolo a comulgar antes de la edad habitual gracias a un permiso especial del director espiritual, don Ilio Carrai. Su madre relata que esta fe no era algo que aprendió en su familia, ya que sus padres no eran practicantes.

A pesar de su profunda fe, Carlo Acutis llevaba una vida típica de cualquier adolescente. Diseñaba programas en el ordenador, tocaba el saxofón, grababa videos de sus gatos y era fanático de las películas de detectives. Su interés por la informática era tal que aprendió de forma autodidacta a través de libros de texto universitarios.

Junto a un amigo, estudiante de ingeniería informática, comenzó a administrar la página web de su parroquia, Santa María Segreta. Desde ahí, diseñó otros sitios, mostrando cómo la web puede ser una herramienta de evangelización en la era digital. En 2006, diseñó el nuevo sitio web para el voluntariado en el instituto Leone XIII y promovió y coordinó la creación de comerciales para el voluntariado en muchas clases como parte de un concurso nacional.

En octubre de 2006, Carlo Acutis empezó a experimentar síntomas de lo que parecía ser una simple gripe, pero pronto se convirtió en una condición de salud mucho más grave, la leucemia mieloide aguda M3, la forma más agresiva. Fue trasladado al hospital San Gerardo de Monza, donde murió tres días después. Carlo está enterrado en el cementerio de Ass, y su cuerpo fue expuesto en la iglesia de Santa María la Mayor durante su beatificación en 2020.

Carlo Acutis dejó varias frases célebres como «La Eucaristía? Es mi camino al cielo». También creó la exposición ‘Milagros Eucarísticos’, que actualmente está recorriendo el mundo. Sin embargo, a pesar de su fervor religioso, Carlo no era un «creyente militante que hacía proselitismo». En su lugar, hablaba de su vida y su compromiso social sin alardear.

En la actualidad, Carlo Acutis tiene dos hermanos, los gemelos Michele y Francesca, nacidos en 2010. Antes de su muerte, confió a su madre Antonia que le daría muchas señales y que ella seguiría siendo madre. La recuperación milagrosa de Matheus, un niño brasileño de 6 años con un páncreas anular, se atribuye a Carlo.

La noticia de la canonización de Carlo Acutis llegó en el mismo día en que el Instituto León XIII, donde estudió, celebraba su 130 aniversario. En los meses que precedieron a su muerte prematura, Carlo dejó una huella profunda e imborrable en la comunidad educativa con su fe poco común, su alegría contagiosa, su generosidad y su inclinación natural a incluir a los demás.

Deja una respuesta