Elecciones en Estados Unidos: La abstención disminuye el voto latino debido a la desconfianza, desilusión y desencanto.

EL PAÍS

Jorge Velázquez, un barbero de 33 años que reside en Takoma Park, Maryland, es un ejemplo de abstencionismo electoral entre la comunidad latina en Estados Unidos. Nacido en Puerto Rico, Velázquez dejó de votar hace más de una década cuando se mudó a Maryland. A pesar de las próximas elecciones presidenciales, el barbero se mantiene escéptico, argumentando que ningún candidato parece favorecer a la comunidad latina.

En la actualidad, existe un alto índice de abstención entre los votantes latinos, especialmente entre los jóvenes. Con un latino cumpliendo 18 años – la edad legal para votar – cada 30 segundos, esta demografía podría desempeñar un papel crucial en los resultados electorales. Con más de 36 millones de hispanos elegibles para votar – cuatro millones más que en 2020 – estos votos podrían ser decisivos.

Sin embargo, la legislación electoral de Estados Unidos presenta varias barreras para este grupo demográfico. Aunque un 72% de todos los votantes se registró para votar en 2020, solo el 61% de los latinos hicieron lo mismo. Además, la desconfianza y la falta de información sobre el proceso de registro desalientan a los latinos a participar en las elecciones.

Bonard Molina García, un abogado mexicano-estadounidense que reside en el área metropolitana de Washington, señala que muchos jóvenes latinos se sienten desilusionados y desconectados de la política. A pesar de su potencial como votantes, no entienden la importancia de su voto.

Para combatir este problema, varias organizaciones están trabajando para promover el voto entre los latinos. Usando una variedad de métodos, desde visitas domiciliarias hasta anuncios en los medios de comunicación y redes sociales, estas organizaciones informan a los latinos sobre cómo registrarse y cuáles son sus derechos como votantes.

A pesar de estos esfuerzos, la desconfianza y el miedo a las autoridades dificultan el registro de votantes latinos. Ameer Patel, director de programa de la organización Voto Latino, sostiene que muchos latinos temen que su información personal se haga pública y les cause perjuicios.

Además, en 21 estados, se requiere una identificación con foto para registrarse para votar, lo que representa otra barrera para muchos latinos. Las formas más comunes de identificación con foto, como la licencia de conducir y el pasaporte, no son necesariamente accesibles para todos los latinos debido a factores como el costo y la falta de necesidad de un vehículo en áreas urbanas.

El Instituto Libre, una organización que defiende el requisito de identificación, sostiene que esta medida minimiza el fraude electoral. Sin embargo, sus detractores argumentan que estas leyes tienen una intención discriminatoria y afectan de manera desproporcionada a las minorías, como los afroamericanos y los latinos.

Por último, la imposibilidad de votar por correo en algunos estados también dificulta la participación electoral de los latinos. Muchos latinos, como Celia Salmerón, una peluquera salvadoreña que ha vivido en Estados Unidos durante 41 años, no pueden abandonar su trabajo para hacer cola y votar. En ocho estados, incluyendo California y Nevada, se envían papeletas por correo sin necesidad de solicitarlas, facilitando el voto para muchos.

Para que la participación electoral de los latinos mejore, es esencial que se sientan parte de la sociedad y que se eliminen las barreras logísticas. Flavia Rodríguez, dueña de un negocio de cosméticos y nutrición en Maryland, argumenta que la discriminación y la falta de conocimiento sobre el proceso electoral desalientan a los latinos a votar. En sus palabras, «Sentimos que no es importante, por eso no votamos. También porque no sabemos qué está pasando, estamos enfocados en sobrevivir».

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