En el distrito financiero del CBD de Pekín, capital política de China, una pantalla gigante exhibió durante todo el día vídeos de buques de guerra y aviones de combate situándose alrededor de Taiwan. Junto a ello, se mostraba un mapa emitido por la televisión pública que identificaba cinco puntos en los que el ejército chino estaba llevando a cabo su asedio.
En el barrio de Xintiandi en Shanghai, uno de los principales centros comerciales de China, se acostumbran a proyectar anuncios de moda en pantallas instaladas en los edificios donde se encuentran las principales marcas de lujo internacionales. Sin embargo, el viernes por la mañana, se infiltraron un par de clips realizados por Inteligencia Artificial que simulaban un ataque con misiles a Taiwan por mar y aire.
Esta propaganda bélica llegó a las calles de las dos ciudades más importantes del gigante asiático. El Gobierno chino parecía querer enviar un mensaje claro a nivel interno: «Si nos lo propusiéramos de verdad, en pocas horas podríamos bloquear Taiwan, cortar toda la entrada de suministros y obligar a sus autoridades a cumplir los deseos del pueblo chino», declaró un funcionario del Ministerio de Exteriores chino.
El jueves y viernes, Pekín desplegó alrededor de Taiwan aviones que portaban misiles reales y que simulaban ataques contra objetivos militares, mientras que los buques ensayaron un bloqueo naval. Este fue un gran ejercicio militar, sin fuego real, pero que incluyó por primera vez una demostración de fuerza sobre las islas periféricas controladas por Taipei como Matsu y Kinmen.
Después de que en Taipei se celebrara la toma de posesión del nuevo presidente, el separatista Lai Ching-te, se esperaba una respuesta de Pekín con sus habituales juegos de guerra en el estrecho. Pero ha sorprendido la contundencia de unas maniobras que le sirven al Ejército Popular de Liberación (EPL) para presionar al nuevo líder en el reclamo de la soberanía sobre la isla que funciona de facto como un país independiente.
Desde el Ministerio de Exteriores de Taiwan aseguran que están tranquilos y acostumbrados a estas amenazas, y que estos simulacros lo único que hacen es reafirmar su defensa de la democracia, además de revelar la estrategia del ejército chino en un futuro ataque real.
El Comando del Teatro del Este del EPL, la sección que supervisa el estrecho de Taiwan, es quien ha dirigido estos últimos juegos de guerra. Además de la fuerza naval y aérea, también ha participado la llamada Fuerza de Cohetes, que tiene bases repartidas por toda China y que cuenta con grandes arsenales de misiles balísticos de corto y mediano alcance.
El viernes, el Ministerio de Defensa de China comunicó que el segundo día de ejercicios estaban centrados en «probar la capacidad de su ejército para tomar el poder y ocupar áreas clave«. También se informó que los aviones del EPL habían realizado ataques simulados contra buques extranjeros en el canal de Bashi, importante ruta del comercio marítimo que se encuentra entre Taiwan y Filipinas.
En el diario chino Global Times, varios analistas militares del EPL han hecho un resumen de las armas dirigidas hacia los «independentistas de Taiwan» que han participado en el simulacro.
Estos han sido los terceros simulacros de guerra más grandes alrededor de Taiwan desde agosto de 2022, cuando el ejército chino llegó a lanzar misiles balísticos que sobrevolaron la isla como respuesta a la visita a Taipei de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi.
Los ejercicios de este mes de mayo, de menor intensidad que los otros dos, se han centrado sobre todo en practicar un bloqueo total que aísle a Taiwan de una rápida asistencia de su principal aliado, Estados Unidos. Los ataques simulados desde el aire también han ido dirigidos especialmente a la costa este de la isla, que se encuentra al otro lado de una cadena montañosa y que apenas cuenta con espacios para un desembarco anfibio.