La política italiana ha estado marcada por la figura de Giorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia, quien ha logrado establecer un complejo modelo político mixto en el país. Este modelo es una amalgama de pragmatismo político e ideología ultraconservadora. La líder de Hermanos de Italia muestra un compromiso con la OTAN y ciertos valores de la Unión Europea durante el día, mientras que por la noche, socava algunas libertades sociales y culturales del país al imponer su agenda sobre temas como el aborto, la inmigración, la censura a las voces críticas y una agenda contra los derechos LGTBI.
Meloni ha mantenido una estrecha relación con el Partido Popular Europeo (PPE), una relación que ha sido clave para la supervivencia de su partido en las instituciones. Esto se debe a la tradición de pactos entre populares y extrema derecha en Italia, que lleva ejerciéndose desde hace más de 20 años con gran éxito electoral.
En las elecciones de septiembre de 2022, Meloni obtuvo un impresionante 26,2% de los votos. Esta victoria fue bendecida tanto en Roma como en Bruselas por líderes del PPE, incluido el actual líder de Forza Italia, Antonio Tajani, y el presidente del PPE, Manfred Weber. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también ha mostrado un notable respaldo a Meloni.
En términos de política internacional, ha habido un cambio significativo en la visión geopolítica de Meloni desde que asumió responsabilidades de gobierno. Ha establecido líneas rojas en cuestiones como la guerra de Ucrania, su oposición a la invasión rusa y a las políticas de Vladímir Putin, su férrea adscripción a la OTAN y su indiscutible amistad con Estados Unidos.
Aparte de su compromiso con la política internacional, Meloni también es la presidenta en la Eurocámara del grupo parlamentario Europeos Conservadores y Reformistas (ECR), al que pertenecen Vox o el PiS polaco. Esta posición le ha permitido actuar como un enlace entre determinados líderes y la UE, aunque ha complicado su relación con algunos países como España.
En cuanto a la economía, Meloni estableció una política fiscal y económica que sigue la línea marcada por su predecesor, Mario Draghi. Esta política es de ahorro y, hasta el momento, la reforma fiscal que prometió a su llegada al poder ha quedado paralizada.
A nivel migratorio, Meloni firmó recientemente el Pacto sobre Migración y Asilo en Bruselas y también un acuerdo con el Gobierno de Albania para la creación de centros que podrán recibir un flujo anual de hasta 36.000 migrantes rescatados en las costas italianas.
En materia de derechos sociales, Meloni ha centrado parte de su ideología en la cuestión de la natalidad. Existe una creencia dentro de Hermanos de Italia, que el ministro de Agricultura y cuñado de Meloni, Francesco Lollobrigida, ha expresado, de que existe el peligro de que se produzca una sustitución étnica.
Además, Meloni ha permitido la entrada en los consultorios de asociaciones autodenominadas provida y ha prohibido la inscripción en el registro municipal de los padres y madres no biológicos de las parejas del mismo sexo.
En cuanto a la censura y la hegemonía cultural, Meloni ha tomado medidas para construir un relato cultural hegemónico. Ha colonizado la radiotelevisión pública con directivos y periodistas afines y ha llevado a los tribunales a todos los intelectuales que criticaban o recordaban el pasado posfascista de su formación. Entre los acusados se encuentran autores notables como Roberto Saviano, la filósofa Donatella di Cesare y el historiador Luciano Canfora.
