El escenario laboral en la Región del Biobío está experimentando un incremento en las tensiones, con un conflicto emergente que involucra a la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) y al Sindicato de Interempresas Nacional de Montajistas Industriales (Sinami), una organización externa. A partir del 14 de mayo, se han observado múltiples bloqueos a la planta de ENAP en Hualpén, llevados a cabo por miembros de Sinami.
Las manifestaciones y bloqueos se originaron tras una paralización en las operaciones de la planta para realizar trabajos de mantenimiento. Durante esta paralización, hubo un cambio en el proveedor del servicio de mantenimiento, que fue transferido a una empresa de origen peruano.
La consecuencia de este cambio de proveedor ha provocado protestas de los trabajadores, quienes alegan que sus salarios han sido alterados y reducidos. En respuesta, han iniciado una serie de acciones de protesta, que incluyen el bloqueo del acceso a la planta de refinación de combustibles.
Ante esta situación, ENAP ha optado por tomar medidas legales contra aquellos que obstaculizan el acceso a la planta, calificando la paralización como ilegal. Además, la empresa ha implementado el teletrabajo para todos los puestos no esenciales, y ha asegurado que los trabajadores esenciales están ingresando a la planta a través de puertas alternativas, bajo la protección de Carabineros.
La Secretaria Regional Ministerial de Trabajo en el Biobío, Sandra Quintana, ha reconocido que la situación es «un poco compleja». Según Quintana, la resolución del conflicto laboral requiere de la participación de todos los actores involucrados, incluyendo a los peruanos.
Quintana subrayó la necesidad de incluir a todos los actores en la discusión para resolver las tensiones en torno al proceso de licitación realizado por ENAP para seleccionar empresas contratistas para trabajar en la paralización de la planta. El sindicato de Sinami, que no quedó satisfecho con el resultado de la licitación, es uno de los actores más importantes en este conflicto.
La seremi explicó que ENAP optó por trabajar con otros sindicatos y empresas contratistas tras revisar todas las propuestas recibidas. Esta decisión ha sido el detonante del conflicto actual.
Quintana enfatizó que la resolución del conflicto requerirá de la colaboración de todos los actores involucrados, no solo de uno de ellos. Instó a la realización de un trabajo de mediación y conversación, que espera que se lleve a cabo pronto.
Para avanzar en la resolución del conflicto, Quintana anticipó que la empresa planea establecer una mesa de diálogo en los próximos días. Esta mesa de diálogo es un paso esencial para facilitar las conversaciones entre las partes y encontrar una solución a las tensiones laborales existentes.
En resumen, el conflicto laboral emergente en la Región del Biobío representa un desafío significativo para ENAP, el sindicato de Sinami, y todos los actores involucrados. La resolución de este conflicto requerirá de un esfuerzo conjunto y de un diálogo constructivo entre todas las partes. La situación actual resalta la importancia de la transparencia y la comunicación en los procesos de licitación y en las decisiones que afectan a los trabajadores.