La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, ha hecho un llamado a las naciones con economías de mercado para presentar un «bloque de oposición» a China debido a sus políticas industriales estatales. Este asunto crucial es uno de los puntos que Yellen está impulsando en la reunión de finanzas del G7 en curso.
Durante una conferencia de prensa, Yellen expresó que busca «un acuerdo general» de los ministros de Finanzas del G7 y los gobernadores de los bancos centrales para un plan que permita liberar alrededor de 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados. Si se aprueba, estos fondos podrían proporcionar a Ucrania un apoyo financiero significativo hasta más allá de 2025.
La reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G7, que se llevará a cabo en el norte de Italia el viernes y el sábado, probablemente estará dominada por estos dos temas.
Según Yellen, varios países, no solo las democracias industriales avanzadas del G7 como México, India y Sudáfrica, están preocupados por la sobreinversión de China en vehículos eléctricos, productos solares, semiconductores, acero y otras industrias estratégicas.
En ausencia de cambios en la política china, que incluyan un cambio desde un aumento de la producción al fomento de la demanda interna, Yellen sostuvo que las economías impulsadas por el mercado enfrentarán una inundación de exportaciones baratas de China, poniendo en riesgo la viabilidad de sus fabricantes.
Yellen aclaró que no está pidiendo a las naciones que imiten los aranceles estadounidenses o que coordinen estrechamente sus respuestas de política comercial. Sin embargo, enfatizó la importancia de la unidad y de enviar un mensaje unificado a China para que entienda que no es solo un país el que piensa así, sino que se enfrenta a un muro de oposición a la estrategia que está siguiendo.
Por otro lado, Yellen también se refirió a la propuesta de Brasil de imponer un impuesto global a los más ricos para ayudar a financiar la transición hacia energías limpias en los países en desarrollo. Lamentablemente, no pudo apoyar esta propuesta debido a sus efectos redistributivos, lo que supone un revés para la agenda de Brasil en el G20 de este año.
El plan de Brasil sugería que unas 3.000 personas en todo el mundo que posean al menos US$ 1.000 millones en activos pagarían cada año el equivalente al 2% de su riqueza en concepto de impuesto sobre la renta.
Este plan, que tiene como objetivo recaudar US$ 250.000 millones al año para ayudar a combatir el cambio climático en los países más pobres, ha obtenido el respaldo del ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire. Le Maire ha citado el éxito de un acuerdo global sobre el impuesto de sociedades como un ejemplo de cómo este tipo de iniciativas pueden funcionar.
Estas discusiones y propuestas son parte de un esfuerzo global continuo para abordar tanto las tensiones comerciales con China como los desafíos del cambio climático. La dirección que tomen estos debates podría tener implicaciones significativas para el futuro de la economía global y la salud de nuestro planeta.