La líder de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se encuentra en una situación política delicada a medida que se aproximan las elecciones europeas. Atrapada en un terreno político inestable y dependiente de otros para avanzar, von der Leyen enfrenta críticas desde todas las direcciones políticas. La ultraderecha, los socialistas, los Verdes, los liberales e incluso su propio partido, el Partido Popular Europeo, han expresado su disgusto por diversas razones.
En un debate anterior a las elecciones europeas celebrado en Bruselas, von der Leyen logró salir ilesa de las críticas y mantuvo su posición como favorita para mantener su cargo. Sin embargo, su situación es precaria, ya que no tiene mucho que ganar pero sí mucho que perder. Sus rivales políticos están ansiosos por encontrar debilidades y capitalizarlas, mientras que ella debe defender su gestión sin ser demasiado agresiva.
Desde que anunció su campaña de reelección en marzo, von der Leyen ha sido objeto de un escrutinio intensivo, particularmente en lo que respecta a sus relaciones con los partidos de derecha. A medida que crecen los partidos radicales y euroescépticos, el Partido Popular Europeo ha considerado trabajar con ellos, lo que ha irritado a los aliados tradicionales de von der Leyen. Aunque von der Leyen ha establecido líneas rojas que no cruzará, como trabajar con partidos anti-Ucrania o anti-Estado de Derecho, ha habido cierta controversia sobre sus posibles alianzas con euroescépticos menos radicales.
En el debate en Bruselas, von der Leyen se posicionó de manera similar, defendiendo a la líder del grupo euroescéptico ECR, Giorgia Meloni. Von der Leyen afirmó que Meloni era proeuropea y pro Ucrania y que había trabajado bien con ella, a pesar de las críticas de la oposición.
El debate electoral entre los llamados spitzenkandidaten, o candidatos líderes de las familias políticas, fue algo de un desafío. Aunque hubo un intercambio de ideas, no fue realmente un debate, y muchos de los candidatos no son candidatos reales para presidir la Comisión Europea.
Las instituciones europeas buscan comunicarse con los ciudadanos y transmitir la importancia de las elecciones, pero el formato del debate a menudo se queda corto. Las referencias a las instituciones europeas pueden ser confusas y las discusiones a menudo no se realizan en la lengua materna de los participantes.
A pesar de los retos, las elecciones europeas siguen siendo un evento importante. La UE hace mucho bien, y las elecciones son una oportunidad para que los ciudadanos tengan voz en la forma en que se gestiona. Sin embargo, las luchas internas y las disputas sobre quién debería liderar la Comisión Europea pueden oscurecer el proceso.
Varios candidatos participaron en el debate junto a von der Leyen, incluyendo a Nicolas Schmit de los socialistas, a Terry Reintke y a Bas Eickhout de los Verdes, y a Walter Baier de La Izquierda. Sin embargo, las fuerzas a la derecha del Partido Popular Europeo no estuvieron presentes, ya que no creen en el proceso de spitzenkandidat.
El objetivo principal del debate era forzar a von der Leyen a posicionarse sobre diversos temas. A pesar de las críticas, von der Leyen mantuvo su postura y defendió su gestión. Los verdaderos problemas comenzarán después de las elecciones, cuando se revele la composición del Parlamento y se tengan que asignar los cargos de la legislatura.