Si te menciono a un hombre de nombre Ken Segall, es probable que no te suene familiar. Sin embargo, si te digo que es el creador del prefijo «i» que ha definido la nomenclatura de varios de los productos más icónicos de Apple, incluyendo al famoso iPhone, es seguro que entenderás la trascendencia de este individuo en la historia de la prestigiosa compañía de la manzana mordida.
De no ser por Ken Segall, el iPhone no llevaría ese nombre, y lo mismo sucedería con otros productos emblemáticos como el iMac, el iPad y el iPod. El prefijo «i» surgió durante la era de Steve Jobs y rápidamente se convirtió en un distintivo significativo de la marca que ha persistido con el paso del tiempo. Segall también es la mente maestra detrás de algunas de las campañas publicitarias más memorables de Apple.
El prefijo «i» nació específicamente en 1998 y se utilizó por primera vez en el iMac. Su significado es bastante profundo, ya que representa la individualización a través del «yo» en los productos de Apple, y también remite a conceptos como Internet, información e inspiración. Como es bien sabido, fue un enorme éxito, tanto que hoy, 26 años después, Apple continúa utilizando ese prefijo, y la verdad es que sería inimaginable un iPhone sin esa emblemática «i».
¿Debería Apple cambiar el nombre del iPhone?
Personalmente, mi respuesta sería no, y estoy seguro de que muchos estarán de acuerdo conmigo. Este nombre se ha convertido en el estandarte de Apple, y representa a su producto estrella a nivel de hardware. Del iPhone, y de todo el ecosistema de servicios y software que lo rodea, dependen más de la mitad de los ingresos de Apple, por lo que cualquier cambio podría tener un impacto considerable en la compañía.
Existe un dicho popular que reza: «Si algo funciona, mejor no tocarlo», una máxima con la que Segall no está de acuerdo. En su opinión, la «i» debería desaparecer, ya que cree que ya no tiene ningún sentido, y porque al ser un prefijo, no es algo que se pueda proteger. De hecho, algunas marcas han utilizado este prefijo para imitar a Apple a su manera, o para intentar aprovechar el impulso comercial que conlleva la «i» asociada a un nombre de producto.
Es cierto que en algunos productos Apple ha prescindido de la «i», como por ejemplo en las series Mac y MacBook, y también en otros como Apple TV y Apple Vision Pro. Lo que Segall sugiere tiene sentido en parte, a Apple le podría venir bien dar un soplo de aire fresco a los nombres de sus productos, pero francamente, cambiar el nombre del iPhone, sería como dispararse en el pie. ¿Veremos un cambio de iPhone a Apple Phone? Quien sabe, pero yo no apostaría por ello.
En definitiva, la «i» de Apple se ha convertido en un elemento icónico de la marca, un sello distintivo que ha ayudado a posicionar sus productos en la cima del mercado de tecnología. Sin embargo, el debate sobre si debería mantenerse o no, sigue abierto y solo el tiempo nos dirá qué sucederá.
Imágenes generadas con IA.