En un desafortunado revés para el equipo del Barcelona, un parcial de 17-0 en el segundo cuarto les llevó a experimentar su peor derrota a domicilio en la Euroliga de este siglo. Este suceso ocurrió en el estadio Palacio de la Paz y la Amistad, donde Barcelona quedó completamente eclipsado por su oponente, el equipo de Olympiacos. Ahora, el equipo dirigido por Roger Grimau se encuentra en una posición precaria, ya que se juega su lugar en la Final Four el próximo miércoles.
El equipo de Barcelona se vio superado en términos de rebotes (47-31) y en triples, donde su rendimiento fue muy por debajo del esperado, quedando en un 22%. Esta mala racha llevó a Grimau a asumir la responsabilidad de la derrota en la sala de prensa, reconociendo que la forma en que se produjo la derrota fue inaceptable. A pesar de este golpe duro, Grimau insistió en la necesidad de que el equipo mantenga la cabeza alta y siga adelante.
El Olympiacos mostró su superioridad en ambos lados de la pista, liderado por Shaq McKissic, quien anotó 21 puntos y logró seis rebotes. El equipo de Georgios Bartzokas pasó de un 21-23 al final del primer cuarto a dominar la cancha con total impunidad, anotando un acumulado de 35-9, eliminando cualquier duda sobre el resultado final de la noche.
Entre los jugadores del Barcelona, Jabari Parker fue el único que logró cifras dobles con 10 puntos. Ricky Rubio sólo pudo mantener el ritmo durante los primeros minutos, mientras que Willy Hernangómez se vio intimidado por la presencia de Moustapha Fall y Nikola Milutinov, quienes acumularon 12 puntos y cinco rebotes, y ocho puntos y 11 rebotes respectivamente.
Una noticia adicional que surgió después del partido fue que Nico Laprovittola ha estado lidiando con un proceso vírico, lo que le obligó a hacer un gran esfuerzo para jugar. Laprovittola sólo pudo lanzar cuatro veces en los 16 minutos que jugó.
Por parte de Olympiacos, el capitán Kostas Papanikolaou, que se perdió los tres primeros partidos de la serie por enfermedad, regresó a la cancha y anotó tres triples en el tercer cuarto. Este fue un golpe adicional para Barcelona, ya que detuvo cualquier intento de remontada por parte del equipo español.
Esta derrota marca un hito en la historia del Barcelona en la Euroliga, y pone de relieve el trabajo duro que necesitarán hacer si quieren continuar en la competición. Sin embargo, con el liderazgo de Grimau y la determinación de los jugadores, el equipo tiene la capacidad de aprender de esta derrota y regresar más fuerte en el próximo partido. Como en cualquier deporte, la clave será mantener la moral alta, aprender de los errores y seguir adelante con renovada determinación.