El primer partido del playoff en el Palau fue un duelo de hierro tanto físico como mental entre el Barcelona y el Olympiacos, con este último llevándose la victoria. El entrenador del Olympiacos, Giorgios Bartzokas, logró mantener la sangre fría de su equipo y desquiciar a un Barcelona que no lograba alcanzar su mejor nivel.
El partido estuvo marcado por las pérdidas de balón y las faltas personales, y los azulgrana no lograron mantener el factor de campo a su favor. A pesar de la ausencia del capitán Kostas Papanikolaou, el subcampeón del torneo consiguió superar la deficiente actuación de Thomas Walkup, quien, aunque recuperado de su lesión de espalda, no logró destacar ni en la dirección ni en el lanzamiento.
El Olympiacos también tuvo que lidiar con la lesión de Filip Petrusev, quien sufrió una torcedura de rodilla en el tramo final del partido. A pesar de estos contratiempos, el equipo griego logró mantenerse a flote y llevarse la victoria.
El Barcelona, por su parte, no pudo imponer su juego creativo a pesar del apoyo incondicional del Palau y las provocaciones del jugador del Olympiacos, Isaiah Canaan. Incluso Jabari Parker, quien anotó 13 puntos y obtuvo siete rebotes, no fue capaz de liderar el ataque en situaciones de extrema necesidad.
El juego interior de Petrusev, que había conseguido 12 puntos en el descanso, proporcionó las primeras ventajas significativas para los visitantes. Esta ventaja se amplió gracias a la inspiración desde el perímetro de Shaquielle McKissic y las penetraciones de Nigel Williams-Goss.
Frente a la falta de inspiración, el Barcelona apretó en defensa y se encomendó a Nico Laprovittola, pero dos aciertos consecutivos de McKissic devolvieron la ventaja de diez puntos al equipo griego a falta de cinco minutos para el final.
En los últimos minutos del partido, los triples de Ricky Rubio y Laprovittola fueron contestados por otro lanzamiento de Canaan desde el 6,75 y un 2+1 de Nikola Milutinovic en el último segundo de la posesión. El Barcelona intentó recuperarse, pero los errores de Walkup y una falta antideportiva le costaron caro.
En los momentos finales, Canaan arrastraba molestias en una pierna y su equipo defendía una pequeña ventaja. Esta posesión estaba diseñada para Willy Hernangómez, pero el internacional español no pudo jugar el dos para dos previsto con Laprovittola.
El último ataque, marcado por la lesión de Petrusev, fue resuelto con dos tiros libres de Giannoulis Larentzakis a falta de 35 segundos. Aunque Parker logró un asombroso mate con el reloj casi a cero, no fue suficiente para derribar al sólido Olympiacos. En definitiva, fue una noche dura para el Barcelona, que no logró encontrar su ritmo y se vio superado por la resistencia y el espíritu competitivo del Olympiacos.