En un movimiento que ha causado preocupación en la comunidad internacional, China ha desplegado un ejercicio bélico alrededor de Taiwán solo tres días después de la toma de posesión del nuevo presidente taiwanés, Lai Ching-te. Pekín ha etiquetado a Lai como un secesionista «peligroso», y las maniobras militares pretenden imponer un «fuerte castigo» a las «fuerzas separatistas» que, según la República Popular, buscan la independencia de Taiwán, una isla autónoma, según un comunicado emitido por el Ejército Popular de Liberación (EPL), el ejército chino.
El gobierno chino ya había acusado al nuevo líder taiwanés de adoptar una postura «más radical» en su discurso de inauguración, y había advertido que tomaría contramedidas. Esta respuesta recuerda a la réplica de Pekín en 2022 a la visita a Taipei de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Pekín considera a Taiwán como una parte irrenunciable de su territorio y ve el nuevo gobierno del Partido Progresista Democrático (PPD) como una amenaza a sus intereses hacia la reunificación, que pretende por la vía pacífica, pero sin renunciar a la fuerza, si es necesario. En su discurso, Lai instó a China a «enfrentar el hecho de la existencia» de Taiwán, abandonar «la intimidación política y militar» y reemplazar la «confrontación por el diálogo» para perseguir juntos «la paz y la prosperidad».
El despliegue militar, que incluye cazas, destructores y buques anfibios chinos, rodeará la isla de Taiwán y las islas de Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin, ubicadas en el estrecho, a un paso de la China continental, pero bajo el control del Gobierno de Taipéi, según los mapas del ejercicio difundidos por los medios estatales chinos. El ejercicio, llamado «Espada Conjunta», comenzó a las 7:45 am hora local y continuará hasta el viernes.
El gobierno taiwanés ha lamentado lo que considera una «provocación» que amenaza «el statu quo de la paz y la estabilidad regionales» y ha expresado confianza en sus equipos de seguridad nacional, según un portavoz de la oficina presidencial. El Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán ha añadido que está vigilando de cerca los ejercicios y que está tomando medidas de respuesta con sus tropas marítimas, aéreas y terrestres, y que «está preparado para salvaguardar la seguridad de Taiwán».
El coronel naval Li Xi, portavoz del mando del Teatro Oriental del EPL chino, ha asegurado que el ejercicio implica la movilización del ejército, la marina, la fuerza aérea, la fuerza de cohetes, y buscará «la toma conjunta del control integral del campo de batalla y el ataque conjunto de precisión contra objetivos clave».
Simultáneamente, la guardia costera de la provincia china de Fujian ha anunciado otro ejercicio en el que una flota de barcos ha navegado cerca de las islas de Wuqiu y Dongyin. El diario oficialista chino Global Times asegura que estas naves de la guardia costera habrían penetrado por primera vez en aguas restringidas taiwanesas.
«No creo que lleguen a las manos, pero probablemente China lo utilizará para empujar las líneas rojas aún más lejos», evalúa la situación una fuente diplomática radicada en Pekín. «Creo que todavía se mantendrá bajo control», añade el doctor Lin Ying-Yu, profesor asistente de la Universidad de Tamkang en Taiwán, especializado en las capacidades del EPL chino. En su opinión, el ejercicio «será una advertencia», pero no espera que Pekín despliegue todo su potencial militar, ya que el mandato de Lai Ching-te acaba de comenzar.
