Zhang Zhan, la periodista encarcelada por reportar los comienzos de la pandemia de covid-19 en Wuhan, es liberada por China | Internacional

EL PAÍS

Desde el epicentro de la pandemia de la covid-19, la periodista china Zhang Zhan documentó los primeros días de la crisis. En el corazón de Wuhan, la ciudad que fue el foco original del virus y que sufrió sus peores embates, Zhang se transformó en lo que se conoce como una “periodista ciudadana”. Esta abogada de Shanghái viajó a Wuhan el 1 de febrero de 2020, en un momento en que la ciudad estaba confinada y el virus era prácticamente desconocido. Trabajando sin dedicarse profesionalmente a la labor periodística, sino más bien con una vocación de justicia y transparencia, su objetivo era informar sobre los acontecimientos que estaban ocurriendo.

Sin embargo, su labor no estuvo exenta de consecuencias. Zhang fue condenada a cuatro años de prisión, y solo recientemente fue puesta en libertad, tras cumplir su condena. “La policía me liberó a las 05.00 del 13 de mayo y me envió a casa de mi hermano mayor en Shanghái. Gracias a todos por vuestra ayuda y preocupación. Os deseo lo mejor. Realmente no sé qué decir”, expresó Zhang, conteniendo las lágrimas, en un breve vídeo difundido a través de un intermediario y al que tuvo acceso Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Sin embargo, esta «libertad» parece ser sólo nominal. La activista Jane Wang, quien ha liderado la campaña Free Zhang Zhan (Liberad a Zhang Zhan) desde Reino Unido y está en contacto con uno de sus antiguos abogados, confirmó a través de su cuenta de X (anteriormente Twitter) que el vídeo no estaba manipulado y que la propia Zhang ha comunicado a su círculo cercano que “no es muy libre”, una alusión a que, en realidad, no goza de total libertad a pesar de haber salido de prisión.

La preocupación por el paradero de Zhang había aumentado desde el pasado 13 de mayo, fecha en la que debía haber recuperado la libertad, pero en la que, sin embargo, fue imposible obtener información sobre su liberación, según denunciaron diversos grupos de activistas y Zhang Keke, uno de sus abogados.

Desde RSF consideran que la publicación del vídeo de Zhang, ocho días después de ser liberada, obedece al “aumento de la presión internacional”. Esta organización denuncia que la periodista sigue bajo “estricta vigilancia” y subraya que “una libertad parcial no es libertad en absoluto”.

Por su parte, Amnistía Internacional (AI) condena que “el encarcelamiento de Zhang Zhan por parte de China ha sido una vergonzosa violación de los derechos humanos”. AI exige que “ni ella ni su familia sean objeto de vigilancia ni hostigamiento” y que se le garantice “acceso pleno a tratamiento médico tras su traumática experiencia.”

La historia de Zhang Zhan es un recordatorio impactante del poder de la información y de las consecuencias de buscar la verdad. A pesar de las dificultades, Zhang se mantuvo firme en su misión de informar al mundo sobre la realidad de la pandemia en Wuhan. Su liberación, aunque no completa, es un paso importante, pero también un recordatorio de la lucha continua por la libertad de expresión y los derechos humanos en todo el mundo.

Deja una respuesta