Rishi Sunak, el primer ministro del Reino Unido, ha dejado a todos asombrados con la convocatoria inesperada de elecciones para el 4 de julio. Este anuncio, que se venía rumoreando durante toda la mañana, ha causado consternación entre sus propias filas, especialmente por la desventaja de 17 puntos del Partido Conservador frente al Partido Laborista, según los últimos sondeos de Savana para The Daily Mail.
El líder conservador convocó un gabinete de emergencia para comunicar sus planes a sus ministros. Incluso, el secretario de Exteriores, David Cameron, decidió suspender su viaje a Albania para llegar a tiempo a la reunión. Sunak tiene previsto disolver el Parlamento la próxima semana, lo que deja solo un mes para la campaña electoral.
Sunak ha decidido aprovechar los últimos y favorables datos sobre la inflación, que ha caído al 2,3%, para desafiar a su rival, Keir Starmer, quien llevaba tiempo pidiendo la convocatoria inmediata de elecciones. Sunak ha subrayado que la «estabilidad económica es la clave para cualquier tipo de éxito», en una referencia directa a la inflación, semanas después de la confirmación de la salida de la recesión y el crecimiento del PIB del 0,6% en el primer trimestre de 2024.
Sunak ha pedido un «voto de confianza» por todo lo avanzado desde que asumió el liderazgo del país, tras el desastroso presupuesto de emergencia de Liz Truss. Según él, es el momento de decidir si se quiere seguir construyendo el futuro o volver al punto de partida.
El primer ministro británico también ha advertido que la «guerra de Ucrania es una amenaza para la seguridad global» y que vienen tiempos inciertos. En este contexto, ha insistido en que su gobierno tiene un plan claro. Ha destacado el avance con la aprobación de la Ley de Inmigración Ilegal, pero la convocatoria anticipada de elecciones deja en el aire el plan para deportar a Ruanda a inmigrantes pendientes de asilo.
A pesar de la desventaja en los sondeos, un portavoz del Partido Laborista ha manifestado que están totalmente preparados para unas elecciones y que el país está pidiendo a gritos que se vaya a las urnas. Según la proyección del British Polling Council, el Partido Laborista podría lograr una amplísima mayoría de 432 a 124 diputados sobre el Partido Conservador.
La decisión de adelantar las elecciones ha causado un especial malestar en el ala dura del Partido Conservador, entre amenazas de una posible moción de censura contra su propio líder. La mayoría de los parlamentarios ‘tories’ eran partidarios de retrasar la convocatoria al otoño para dar más tiempo al Partido Conservador a recuperarse en las encuestas, tras la debacle de las recientes elecciones locales.
La popularidad de Sunak tocó de hecho fondo en abril, con el 70% de los británicos calificando su labor como «insatisfactoria». El propio Sunak llegó a indicar su intención de esperar hasta finales de octubre para completar al menos sus dos años en Downing Street y remontar en los sondeos.
Finalmente, la elección del 4 de julio, Día de la Independencia en Estados Unidos, aleja al menos la posible interferencia entre los dos procesos electorales, con las presidenciales estadounidenses previstas para el 5 de noviembre.
Pocas horas después de su anuncio, Sunak convocó a los militantes tories en el centro de exposiciones del ExCel de Londres. En su primer mitin de campaña, proclamó que «nuestro plan está funcionando» y pidió a los británicos que decidieran «¿en quién confiáis?».
El primer ministro británico ha afirmado que la única certidumbre con los laboristas es que subirán los impuestos. Por lo tanto, las próximas semanas serán cruciales para el futuro político de Sunak y del Reino Unido.