El noroeste de Ucrania y la ciudad de Sumi enfrentan una crisis energética luego de un ataque de drones kamikaze Shahed, de fabricación rusa e iraní, que dejó a la ciudad sin suministro eléctrico. Esta ciudad, que previo a la guerra albergaba a 250,000 habitantes y se ubica cerca de la frontera con Rusia, ha sido víctima de ataques constantes.
El jefe de la Administración Militar de la región, Oleks Drozdenko, informó a través de su cuenta de Telegram que Sumi se encontraba sin energía eléctrica a raíz de este ataque. De acuerdo con la Administración Militar Regional, otros dos pueblos de la zona también han sufrido daños en su infraestructura energética debido a los ataques con drones rusos. Sin embargo, el municipio ha logrado restablecer parcialmente el suministro de agua y electricidad en la ciudad.
Estos ataques han llevado a los líderes del país a programar cortes de luz a nivel nacional, una medida que podría empeorar la situación si no se encuentran fuentes alternativas de energía antes de que aumente la demanda con la llegada del invierno. A pesar de los esfuerzos, la falta de defensas antiaéreas suficientes para responder a los ataques y permitir las reparaciones es un obstáculo importante.
Desde marzo, los ataques rusos contra la red eléctrica han provocado apagones incluso en la capital, Kiev. El ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, reveló que la mitad del sistema energético ucraniano se encuentra dañado. Los residentes de Kiev y otras ciudades han tenido que lidiar con apagones y la interrupción del servicio de agua, lo que ha generado preocupación sobre lo que podría suceder en los próximos meses si Ucrania no logra encontrar otras fuentes de energía.
El ministro de Energía, Herman Halushchenko, ha explicado que no existen soluciones rápidas para los cortes de electricidad, especialmente sin un final a la vista de los ataques a la red eléctrica ni una forma de defenderse adecuadamente de ellos. Ucrania ha solicitado a sus aliados occidentales más defensas antiaéreas y piezas de repuesto para reparar sus plantas de la era soviética.
Annalena Baerbock, la ministra alemana de Exteriores, visitó una central de carbón en el centro de Ucrania que fue destruida en un ataque el 11 de abril. Durante su visita, Halushchenko subrayó la necesidad de protección activa con defensas antiaéreas y pidió ayuda al mundo entero.
Una prueba importante para la red eléctrica de Ucrania se avecina en julio y agosto, cuando el consumo de energía suele aumentar debido al calor del verano. A mediados de mayo, los residentes de Kiev comenzaron a notar las consecuencias de los ataques rusos. Ukrenergo, la principal operadora de la red de transmisión eléctrica, tuvo que introducir cortes controlados en todo el país.
El ataque del 11 de abril destruyó generadores, transformadores y turbinas, todos necesarios para generar electricidad, según Yevhen Harkavyi, director técnico de Centerenergo, operadora de la central.
Ucrania aspira a adquirir piezas de plantas alemanas desmanteladas hace tiempo. Harkavyi mencionó que equipos ucranianos han ido recientemente a Alemania para evaluar el equipamiento, que se desconectó porque no cumple los estándares medioambientales de la Unión Europea. Sin embargo, aún no está claro cómo se conseguirá llevar el equipo a Ucrania y hasta qué punto estarían dispuestos los aliados europeos en invertir en el sector energético ucraniano, basado en el carbón, dados sus objetivos más ecológicos.