Argentinos retoman compras en Chile para evitar la inflación: hallan productos hasta tres veces menos costosos

EL PAÍS

En el Costanera Center, uno de los centros comerciales más grandes de América Latina ubicado en Santiago de Chile, puedes observar maletas rodando por los pasillos y escuchar diversos acentos. Los precios que se marcan al pagar productos pueden llegar hasta 650 mil pesos chilenos (728 dólares).

Cecilia, una mujer de 35 años de Córdoba, recorre la sección de niños de H&M en busca de ropa y accesorios para su bebé de un año. Junto a su marido, se tomaron una semana de vacaciones para estar en la capital chilena: “El fin último son las compras para la niña, porque en Argentina la ropa para esa edad es carísima”, confiesa. Agrega que productos como la silla para el auto, por ejemplo, cuestan el triple en su país.

Según datos del Servicio Nacional de Aduanas de Chile, en abril, 20.109 vehículos particulares argentinos ingresaron a Chile a través del paso fronterizo Los Libertadores, el más cercano a Santiago. La cifra contrasta con los 8.617 vehículos en la misma fecha del año pasado. Los trasandinos esperaron ocho horas para cruzar la frontera durante el feriado de Semana Santa.

La economía argentina se ha encarecido en dólares en cuestión de pocos meses. En diciembre, nada más llegar al poder, Javier Milei devaluó el peso un 54% respecto a la divisa estadounidense. Con esa medida redujo la gran brecha que existía entre la baja cotización oficial y el precio de mercado al que se compran o venden dólares en las casas de cambio informales que hay por toda Argentina. En diciembre, la inflación fue del 25% y en lo que va de 2024 los precios han aumentado otro 65% más.

En este contexto, para los argentinos actualmente es muy conveniente comprar a Chile. Juan Ortiz, economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, comenta a EL PAÍS que “en Argentina los precios de bienes y servicios son muchísimo más costosos de lo que se veía hace un año atrás”.

En las casas de cambio chilenas se hacen filas y hay ojos curiosos que observan los valores que se muestran en los carteles. El jueves 16 de mayo al mediodía, el cambio estaba a un dólar por 910 pesos chilenos. El administrador de la casa de cambio Brollano, en la comuna de Providencia, en la zona oriente de Santiago, indica que “El perfil de argentino que viene en estos días de visita tiene un poder adquisitivo suficiente como para cambiar cantidades desde los 500 a 2000 dólares”.

Los argentinos también acuden a lugares como el Arauco Premium Outlet Buenaventura, en la comuna de Quilicura, en el norte de Santiago de Chile. Norma y Jorge, una pareja de Buenos Aires, viajaron en auto para estar cuatro días en la capital chilena. “En Buenos Aires es imposible comprar en algunas marcas, acá son más accesibles”, comenta Jorge.

Las grandes bolsas con las que se puede ver a los turistas son mayoritariamente de tiendas de vestuario. H&M y Zara son las marcas que más se repiten. Pero también hay gran afluencia de argentinos en lugares como la tienda Easy, dedicada a vender artículos de construcción y para el hogar.

Según el economista Ortiz, el flujo de turistas argentinos debería mantenerse: “Lo que uno esperaría es que lo que estamos viendo puntualmente en los primeros meses del año 2024 no se termine porque, para que se termine, se necesita una convergencia inflacionaria importante y, más aún, que se empiece a dar una recuperación de los salarios reales (…) Esa dinámica no se va a dar de aquí a uno o tres meses más. Va a tomar tiempo en la medida que Argentina actualmente está en un proceso de ajuste macroeconómico muy importante”. Y advierte: “A pesar de que la inflación empiece a desacelerarse, es poco probable que el nivel de precios vuelva a niveles similares a los de hace un año atrás”.

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