El paisaje del baloncesto español vivió una dramática transformación este fin de semana, cuando el Unicaja de Málaga se impuso en el Palau, sumiendo al Barça en la tristeza y quedando fuera de la Final Four. La victoria de Unicaja puso presión en el Real Madrid, quien a su vez cayó en La Fonteta, perdiendo el liderato de la Liga Endesa con solo una jornada por jugar.
Para Unicaja, que tiene un partido en casa el domingo contra el descendido Palencia, su destino está en sus propias manos. Sin embargo, la derrota de Madrid tal vez no fue la mayor desilusión para el entrenador Chus Mateo. Según el técnico blanco, «lo peor de todo» fue la lesión de Gaby Deck a falta de cinco minutos para el final.
Deck, un jugador argentino, abandonó el campo con las manos en el rostro, prácticamente paralizado desde el momento en que su compañero Yabusele cayó sobre él y su rodilla derecha hizo un movimiento extraño. Esta imagen fue especialmente dolorosa para Deck, quien recordó su lesión del año pasado, también causada por un incidente involuntario en una jugada con Zach Leday. Esa lesión le hizo perderse la Final Four, y ahora está a la espera del veredicto médico.
Este dramático cambio de eventos dio un giro a la lucha por el liderato en la penúltima jornada de la Liga Endesa. Raramente ha habido tal lucha por el primer puesto, que no garantiza nada más que el factor cancha en todos los playoffs. Pero tanto Madrid como Unicaja están decididos a luchar hasta el último suspiro.
En su racha particular, los malagueños vencieron en el Palau con una canasta final de Kendrick Perry. Mientras tanto, Madrid, ausente en defensa, no pudo hacer lo mismo contra un Valencia con un acierto increíble: terminó con 15 triples de 20 intentos.
La tensión fue palpable en los minutos finales del partido, donde los canastos de Valencia contrastaban con los fallos de Madrid. Con un Justin Anderson en plena forma, Valencia alcanzó su máxima ventaja y no dejó escapar la presa. Pradilla se sumó a los aciertos y Chris Jones, el mejor de la noche, sentenció el partido.
El Valencia Basket no vencía a Madrid en la Fuente de San Luis en un partido liguero desde abril de 2013. Los dirigidos por Xavi Albert lucharán el domingo por terminar terceros.
El partido había sido un intercambio constante a un ritmo agotador, con los ataques superando claramente a las defensas y una intensidad impresionante en la que ninguno de los dos equipos era capaz de distanciarse demasiado. Ambos equipos han tenido un respiro de la Euroliga, con los taronjas sin playoffs y los blancos, que solo han jugado un partido en los últimos nueve días, asegurando rápidamente su billete a Berlín contra el Baskonia.
El Madrid ajustó algo su defensa en el segundo cuarto, pero siguieron sufriendo con las pérdidas. Valencia, sin Brandon Davies pero con Chris Jones al mando, recuperó la confianza y ganó cuatro de los últimos cinco partidos desde la llegada de Xavi Albert al banquillo en lugar de Alex Mumbrú.
«No hemos defendido nada. Hemos permitido demasiadas licencias», concluyó Chus Mateo, quien tras la alegría del pase a la Final Four ve cómo se le aleja el objetivo del liderato de la ACB. El domingo, Madrid recibe al Baskonia sin depender de sí mismo.