Alexander Zverev, el prominente tenista alemán, se impuso sobre el chileno Nicolás Jarry este domingo en la final del Masters 1.000 de Roma, apartándolo de la gloria en su primer partido final de este calibre. Zverev, quien ocupa el quinto lugar en el mundo, se llevó su segundo trofeo de este torneo en las pistas del Foro Itálico, tras una impresionante actuación que puso fin a casi tres años de sequía desde las Finales ATP en 2021 y a una lesión importante.
Desde los tiempos de los íconos del tenis chileno, Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú, no se había visto una semana tan emocionante y llena de logros para el tenis chileno. Alejandro Tabilo y Nicolás Jarry llevaron al tenis chileno a nuevas alturas, con Jarry disfrutando merecidamente de su primera final de Masters 1.000.
Jarry, de 28 años, llegó a la final con la esperanza de levantar su primer trofeo de Masters 1.000 después de un torneo de consagración en Roma. Esta fue una ocasión histórica para Chile, que solo ha visto a Marcelo Ríos como campeón en el Foro Itálico en 1998.
A pesar de no tener un rendimiento especialmente fuerte este año en la arcilla, con actuaciones discretas en Montecarlo, Barcelona y Madrid, donde cayó en las primeras rondas, Jarry se enfrentó a Zverev en la pista central con la confianza de que podría ganar dado el nivel y la experiencia del alemán.
Zverev, campeón del torneo en 2017, que acumula siete títulos en esta superficie y no ha ganado un título desde las Finales ATP de 2021, fue el primero en golpear en un set inicial de gran nivel e intensidad. Aunque Jarry logró salvar dos bolas de ‘break’ en el octavo juego, Zverev demostró una ligera superioridad. Finalmente, Zverev quebró el servicio de Jarry, sellando el primer set 6-4 en un duelo entre dos gigantes del tenis, ambos con potentes servicios y derechas igualmente poderosas.
En el segundo set, Zverev continuó con su dominio. Jarry mostró resistencia, pero la defensa sólida de Zverev no cedió en los momentos cruciales. De nuevo, Zverev estuvo cerca del ‘break’, pero Jarry logró salvar dos bolas de rotura para igualar a 2. Sin embargo, la consistencia de Zverev finalmente prevaleció. Con una ventaja de un juego y Jarry al servicio, Zverev aprovechó otras dos bolas de partido para sellar su victoria.
Gritando en el centro de la pista central, Zverev volvió a sentirse jugador y ganador en el mismo escenario que le vio nacer como tenista. Aunque Jarry se quedó a las puertas de la gloria, se marchó con el respeto del mundo del tenis después de un torneo espectacular que le coloca como un nuevo candidato a torneos de este calibre.
Con su victoria de 6-4, 7-5 sobre Jarry, Zverev se llevó su sexto título de Masters 1.000, poniendo fin a la increíble carrera de Jarry en Roma. A pesar de la derrota, Jarry ha demostrado que es una fuerza a tener en cuenta en el futuro del tenis. Con su actuación en el Masters 1.000 de Roma, se ha ganado el respeto y la admiración tanto de sus rivales como de los aficionados al tenis.