Carrera desafiante en Imola para Carlos Sainz, que termina quinto, y Fernando Alonso, que no logra puntos.

Complicada carrera en Imola para Carlos Sainz, quinto, y Fernando Alonso, fuera de los puntos

Con notables retos por delante, el Gran Premio de la Emilia-Romañana se anticipaba como un desafío para los pilotos españoles, Carlos Sainz y Fernando Alonso. Tras un viernes y un sábado con escasos destellos de brillantez, la séptima carrera de la temporada se presentaba con metas más modestas para ambos corredores. Sin embargo, el desenlace fue una mezcla de logros y decepciones, con Sainz obteniendo la quinta posición y Alonso terminando sin puntos.

La jornada del sábado había sido especialmente dura para Alonso. Tras un accidente en los terceros libres y un problema técnico que le obligó a abandonar su segundo intento de vuelta rápida en la Q1, el piloto de Aston Martin quedó descalificado. Mientras tanto, Sainz logró clasificar en quinta posición, aunque fue superado por su compañero de equipo, quien demostró un rendimiento superior durante todo el fin de semana en el circuito de Imola.

El inicio de la carrera demostró ser radicalmente distinto para los dos pilotos españoles. Sainz tomó la salida desde su posición de parrilla, cuarto tras la penalización a Oscar Piastri, mientras que Alonso se vio obligado a partir desde el pit-lane debido a los problemas técnicos de la jornada anterior que impidieron a Aston Martin reemplazar todas las piezas de su coche con las especificaciones iniciales.

En lo que respecta a la elección de neumáticos, Sainz siguió la misma estrategia que la mayoría de los pilotos, comenzando con goma media. Por su parte, Alonso optó por los neumáticos blandos, buscando ganar todo el terreno posible durante las primeras vueltas y esperando un Safety Car en el momento adecuado para cambiar a goma dura. En la vuelta 8, Alonso fue precisamente el primer piloto en pasar por boxes, deshaciéndose de la goma blanda para montar el compuesto duro que debería usar hasta el final.

Sainz realizó su parada en la vuelta 27, volviendo a la pista detrás de Piastri, en quinta posición real, aunque era sexto en pista al estar Pérez por delante a falta de su propio paso por boxes. Tres vueltas después, el Ferrari de Sainz logró adelantar al Red Bull de Pérez para recuperar su posición en la carrera, antes de que el Red Bull realizara su parada diez vueltas más tarde. Mientras tanto, Alonso había escalado hasta la décimo quinta posición y buscaba pelear con su antiguo compañero de equipo en Alpine, Esteban Ocon. Sin embargo, sin mucho que ganar, la única esperanza estaba en un coche de seguridad, lo que llevó al equipo a detener a Alonso por segunda vez y montar neumáticos medios.

Sin la aparición del Safety Car y sin mucho más por lo que luchar, la carrera terminó sin sorpresas. Carlos Sainz cruzó la bandera de cuadros en quinta posición, un resultado lejos de ser satisfactorio para el piloto madrileño. Alonso, por otro lado, evitó la última posición tras su segunda parada, habiendo adelantado en pista a Sargeant. A pesar de una parada adicional para montar neumáticos blandos con el objetivo de lograr la vuelta más rápida -que finalmente fue para George Russell-, Alonso cruzó la línea de meta por última vez, terminando su carrera en el Gran Premio de la Emilia-Romañana sin sumar puntos para el campeonato.

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