Este año, se cumplieron 100 días desde la muerte del ex presidente de Chile, Sebastián Piñera. Su fallecimiento tuvo lugar durante un momento crítico para la coalición política de la centroderecha en Chile, ya que se enfrenta a una elección municipal inminente y a la necesidad de renovar las alianzas. Este reto se ve agravado por la consolidación del Partido Republicano en la derecha y el surgimiento de nuevos movimientos en el centro político. Todo esto ocurre en un contexto en el que las encuestas favorecen a la centroderecha para volver al poder, y se ha producido una revalidación de dos de las agendas más emblemáticas del sector: la seguridad y el crecimiento económico.
Cristián Larroulet, quien fue ministro de la Segpres durante el primer gobierno de Piñera y jefe del segundo piso durante el segundo, reflexiona sobre estos tres meses sin el ex presidente y cómo ve el presente y futuro de Chile Vamos. Larroulet, desde Estados Unidos, expresa su esperanza de que Chile Vamos adopte «algunas de las ideas que el Presidente en su momento les planteó», como la necesidad de una institucionalidad más sistemática y un trabajo más anticipatorio. En cuanto al sucesor de Piñera, Larroulet no tiene dudas: «Evelyn Matthei es una persona que tiene esas condiciones, podría ser una gran Presidenta de Chile».
Larroulet admite que se siente un vacío en ausencia del ex mandatario, una sensación compartida por muchos chilenos que percibían a Piñera como una figura preocupada por los asuntos del país. Sin embargo, insiste en que los líderes de Chile Vamos están muy conscientes de la necesidad de fortalecer la institucionalidad de Chile para cubrir esta ausencia.
Larroulet expresa su deseo de que Chile Vamos adopte algunas de las ideas que Piñera en su momento les planteó, como la necesidad de una institucionalidad más sistemática, que haga más trabajo de anticipación y preparación de escenarios y políticas públicas. Destaca que uno de los grandes legados de Piñera fue la cantidad de equipos que armó. Como ejemplo de esto, menciona que el día anterior a su muerte, Piñera estaba hablando con el actual Presidente Gabriel Boric para entregarle un plan de emergencia por los incendios en Valparaíso.
En cuanto a la personalidad de Piñera, Larroulet lo describe como una persona con un increíble sentido del deber, que siempre llegaba por la mañana lleno de energía, ideas y sugerencias, y que se exigía a sí mismo y a sus equipos. Sin embargo, también destaca que Piñera fue muy comprensivo en lo humano, a menudo instando a sus ministros a descansar y cuidar de su salud personal.
En cuanto a los legados de Piñera, Larroulet destaca que Piñera, junto con los partidos de centroderecha, logró tener dos gobiernos en el siglo 21, rompiendo con la tendencia del siglo 20 en la que la mayoría de los gobiernos eran de izquierda a centroizquierda. Además, subraya la importancia que Piñera le dio a la gestión y a hacer las cosas bien, algo que contrasta con lo que él considera como la incapacidad del gobierno de Boric.
Otro gran legado de Piñera, según Larroulet, es la necesidad de anticiparse a los problemas y trabajar en mejorar las instituciones. Afirma que «el país se beneficia con un gobierno de centroderecha, porque la centroderecha tiene ideas que son, especialmente hoy día, las que el país valora».
Larroulet también habla sobre las elecciones municipales que se avecinan, subrayando la importancia que estas tienen tanto para la calidad de vida de los chilenos como para establecer un precedente para las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales. Expresa su esperanza de que haya buenos resultados en estas elecciones.
En cuanto al gobierno del Presidente Gabriel Boric, Larroulet es crítico. Afirma que se han cometido muchos errores y que hay una falta de realismo y pragmatismo, aunque reconoce que parece haber un aprendizaje en curso. Sin embargo, insiste en la necesidad de tomar medidas concretas, especialmente en temas como las pensiones y la reforma tributaria.
En cuanto a la posibilidad de que la centroderecha pueda volver a La Moneda, Larroulet se muestra optimista. Afirma que el país anhela un país que vuelva a progresar, que esté unido, que haya orden y seguridad, y donde se resuelvan los problemas urgentes.
Al reflexionar sobre las lecciones que se pueden aprender de los dos gobiernos anteriores, Larroulet subraya la importancia del orden y la seguridad para el progreso de los países y para la salud de la democracia. Insiste en la necesidad de hacer las cosas bien y de trabajar para tener un gobierno de centroderecha.
Finalmente, Larroulet habla sobre el 18 de octubre, el estallido social de 2019 en Chile. Afirma que fue un intento de golpe de Estado fallido, impulsado por la izquierda más extrema, incluyendo el Partido Comunista y el Frente Amplio, con el apoyo de los gobiernos de izquierda de América Latina, como Venezuela y Cuba. Sin embargo, insiste en que, a pesar de este intento, el país salió adelante y el Presidente Piñera impuso su fórmula para resolver las diferencias con más democracia.