En las últimas semanas, Coquimbo ha estado bajo la lupa debido a las continuas protestas frente al edificio del Gobierno Regional (Gore). Los funcionarios del Gore han expresado su descontento con la gestión de la gobernadora Krist Naranjo mediante la exhibición de carteles. Pero esta vez, la manifestación ha tomado un giro significativo. Se han presentado nuevas denuncias que implican a la gobernadora en un escándalo de corrupción.
La Ministerio Público está investigando estas denuncias que alegan que Naranjo ha estado extorsionando a sus funcionarios de confianza para financiar su campaña de reelección. Según los informes, se les pidió a los funcionarios que contribuyeran con $50 mil de sus salarios mensuales para este propósito. La noticia de esta denuncia se conoció hace solo unas horas y ha intensificado las protestas contra Naranjo.
El diputado Juan Manuel Fuenzalida, perteneciente al partido UDI, presentó la denuncia tras recibir información de un exfuncionario del Gore. Según el exfuncionario, perdió su trabajo después de negarse a contribuir con la cantidad solicitada a la campaña de reelección de Naranjo. Fuenzalida dijo que presentó esta y otras pruebas en abril ante la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía Nacional en Santiago.
Fuenzalida también expresó su preocupación por la gravedad de los delitos que se están investigando. Según él, «Aquí eventualmente podría haber un delito de defraudación, de malversación de fondos públicos y a diferencia de las otras denuncias, que son administrativas, esta es una acción penal». Además, agregó que si se comprueba que se cometieron estos delitos, los funcionarios públicos involucrados podrían enfrentar penas de cárcel y perder sus cargos.
Este nuevo escándalo ha añadido más leña al fuego a las ya encendidas protestas en Coquimbo. La gestión de Naranjo ha estado bajo escrutinio durante las últimas semanas, y las últimas denuncias solo han intensificado la opinión pública contra ella.
A pesar de las crecientes demandas de los manifestantes y la creciente presión debido a las investigaciones en curso, Naranjo ha mantenido un silencio notable. Sin embargo, la gobernadora Naranjo no puede ignorar la creciente ira y descontento entre los funcionarios de Gore y la opinión pública.
Coquimbo se encuentra en un momento crucial dado el clima político actual. Con las protestas en curso y las crecientes denuncias de corrupción, la gobernadora Naranjo se encuentra en una situación precaria. El futuro de su carrera política pende de un hilo mientras las investigaciones siguen en curso.
Este escándalo ha demostrado la importancia de la transparencia y la integridad en la administración pública. Los ciudadanos de Coquimbo están demandando responsabilidad y justicia, y no se detendrán hasta que sus demandas sean atendidas.
El caso de la gobernadora Naranjo es un claro recordatorio de que los funcionarios públicos están sujetos al escrutinio público y deben responder por sus acciones. Solo el tiempo dirá qué le depara el futuro a Naranjo y a la administración de Coquimbo en medio de esta creciente tormenta política.