Vladimir Putin, el presidente de Rusia, continúa su apuesta por fortalecer los lazos con China. En los últimos siete meses, Putin ha realizado dos viajes a Pekín, siendo el último su primer viaje al extranjero desde que comenzó su quinto mandato. Esta relación se refuerza a la luz de la creciente tensión entre Rusia y los países occidentales a raíz de la invasión de Ucrania por parte de las fuerzas rusas.
Antes de su viaje a China, Putin concedió una entrevista a la agencia estatal china Xinhua. La entrevista, que se extiende a más de 4.000 palabras, evitó cualquier cuestión incómoda sobre la invasión de Ucrania. Sin embargo, Putin no evitó hablar sobre la crisis en Ucrania, elogiando a China por sus esfuerzos para resolver la crisis y criticando a las «élites occidentales» por su intento de «castigar a Rusia» a través de sanciones y apoyo a Ucrania.
Esta relación bilateral entre Rusia y China se ha fortalecido significativamente en los últimos años, especialmente en el terreno económico. Según Putin, la asociación estratégica con China ha sido de gran ayuda para Rusia para sortear la sacudida de las sanciones occidentales. China, por su parte, ha aprovechado la debilidad de Rusia para satisfacer su creciente demanda de energía, comprando petróleo y gas con grandes descuentos.
La asociación entre los dos países es de un «alto nivel de asociación sin precedentes», según Putin. Por eso, eligió a China como el primer país que visitaría después de asumir oficialmente su quinto mandato. Esto demuestra el valor que Putin da a la relación entre Rusia y China, a pesar de las críticas y sanciones de Occidente.
Xinhua, la agencia de noticias estatal de China, ha sido un vehículo clave para difundir la postura de Putin en China y en todo el mundo. Con más de 10.000 periodistas distribuidos en 144 oficinas en todo el mundo, Xinhua es considerada por las redes de inteligencia occidentales como la mayor agencia de propaganda del mundo. A pesar de esto, Putin elogió a Xinhua como una de las «agencias de noticias líderes y más confiables del mundo».
Esta asociación entre Rusia y China no sólo tiene implicaciones económicas, sino también geopolíticas. Con el respaldo de China, Rusia puede seguir resistiendo la presión de Occidente. Mientras tanto, China puede continuar avanzando en sus intereses económicos y estratégicos. Sin embargo, esta relación también ha sido objeto de críticas, especialmente por parte de los países occidentales que ven a China como un facilitador de la agresión rusa.
En su entrevista con Xinhua, Putin también elogió al presidente chino, Xi Jinping, como un líder «sabio y astuto». Esta descripción refleja la alta estima que Putin tiene por Xi, y es probable que refuerce aún más la relación entre los dos líderes.
Las palabras de Putin hacia China y su liderazgo han sido bien recibidas en las redes sociales chinas, donde la narrativa del Kremlin ha sido la predominante desde que comenzó la invasión de Ucrania. Esto es un testimonio de la eficacia de la estrategia de propaganda de Rusia y China, así como de la creciente influencia de estas dos potencias en el escenario mundial.
A medida que la crisis en Ucrania continúa, es probable que la relación entre Rusia y China siga siendo un factor crucial. Con su creciente cooperación económica y política, Rusia y China están demostrando que son una fuerza a tener en cuenta en el escenario mundial. Sin embargo, esta relación también plantea desafíos y preguntas sobre el futuro del orden mundial y la capacidad de Occidente para responder a la creciente influencia de estas dos potencias.