La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una advertencia clara y contundente: la COVID-19 sigue siendo una amenaza para la salud mundial, a pesar de que ya no se la considera una emergencia sanitaria mundial.
El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo hincapié en este punto durante su discurso inaugural en la reunión de los ministros de salud del G20, celebrada en La India. Ghebreyesus recordó el aumento de casos que se está produciendo en algunos países y señaló que la OMS ha clasificado la variante BA.2.86 de la COVID-19, que contiene “un gran número de mutaciones”, como “variante en vigilancia”.
Esta designación pone de relieve, una vez más, la necesidad de que todos los países mantengan la vigilancia, advirtió el máximo dirigente del organismo sanitario internacional de las Naciones Unidas. La COVID-19, a pesar de que “ya no es una emergencia sanitaria mundial, sigue siendo una amenaza para la salud mundial”.
Ghebreyesus destacó que la pandemia ha enseñado una lección importante: que cuando la salud está en peligro, todo está en peligro. No obstante, celebró que “hay signos alentadores de que el mundo está aprendiendo las dolorosas lecciones de la pandemia”.
La OMS estimó que la COVID-19 dejó “al menos 20 millones” de muertos, prácticamente el triple del balance de decesos oficialmente registrados, al anunciar el pasado 5 de mayo el fin de la emergencia sanitaria global por la pandemia.
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El mensaje de Ghebreyesus tuvo un tono de alerta y urgencia, evidenciando que aunque la pandemia ha disminuido en ciertas regiones, continúa acechando a nivel global y no se debe bajar la guardia. La aparición de nuevas variantes, como la BA.2.86, con un gran número de mutaciones, es una muestra palpable de que el virus sigue evolucionando y adaptándose.
En su discurso, el Director General de la OMS fue enfático en que la salud es un pilar fundamental para la estabilidad global. Cuando la salud está en riesgo, todo está en riesgo. Este concepto se ha vuelto cada vez más evidente a medida que la pandemia ha afectado a todos los aspectos de la vida, desde la economía hasta la educación y las relaciones sociales.
La pandemia ha dejado una estela de muerte y sufrimiento, con al menos 20 millones de muertos según las estimaciones de la OMS, una cifra que triplica los registros oficiales. Este dato es un sombrío recordatorio de la devastación causada por el virus y la importancia de mantener la vigilancia y las medidas de prevención.
En medio de la adversidad, Ghebreyesus ve signos alentadores de que el mundo está aprendiendo de las dolorosas lecciones de la pandemia. La respuesta global a la crisis ha sido inédita en muchos aspectos, desde el desarrollo de vacunas en tiempo récord hasta la implementación de medidas de distanciamiento social y confinamiento a gran escala. Sin embargo, la pandemia también ha expuesto profundas desigualdades y deficiencias en los sistemas de salud de todo el mundo, proporcionando una hoja de ruta para las reformas necesarias para prepararse mejor para futuras crisis sanitarias.
La advertencia de la OMS es un llamado a la acción para todos los países. La COVID-19 ya no es una emergencia sanitaria mundial, pero sigue siendo una amenaza para la salud mundial. Mantener la vigilancia y seguir trabajando en la prevención, detección y tratamiento de la enfermedad es esencial para proteger la salud global y minimizar el impacto de futuras olas de la pandemia.