El primer ministro eslovaco, Robert Fico, fue víctima de un intento de asesinato en un incidente que ha sacudido al país y al resto de Europa. Fico fue disparado mientras saludaba a sus seguidores en la calle, después de presidir una reunión del gobierno en la ciudad de Handlov. El ataque es el primer intento de asesinato de un líder político europeo en más de dos décadas, un hecho que ha causado conmoción en la comunidad política y en la sociedad en su conjunto.
Tras el ataque, Fico fue operado de urgencia. Afortunadamente, su vida ya no corre peligro, pero su pronóstico es «muy grave», según los médicos. Fico fue sometido a cinco horas de cirugía en la que dos equipos de médicos trabajaron para tratar múltiples heridas de bala. Una de las balas atravesó su estómago y otra alcanzó una articulación.
El autor del tiroteo ha sido identificado como Juraj Cintula, un hombre de 71 años, poeta jubilado, residente de la localidad eslovaca de Levice, y ex guardia de seguridad en un centro comercial. Cintula tenía permiso legal para portar armas. El motivo del ataque aún no está claro, pero el gobierno ha organizado una reunión de emergencia y ha convocado al Consejo de Seguridad del Estado para discutir el asunto.
La presidenta eslovaca, Zuzana Caputova, ha llamado a la calma y ha pedido que se reduzcan las tensiones políticas en el país. Caputova ha invitado a todos los líderes de los partidos parlamentarios a una reunión conjunta para discutir la situación. El país está tratando de curar las heridas de una etapa política turbulenta, y la violencia contra Fico ha aumentado la tensión.
Fico ha sido una figura dominante en la política eslovaca durante gran parte de las últimas dos décadas. Ha sabido aprovechar el descontento generalizado por los bajos niveles de vida para consolidar su posición, fusionando puntos de vista económicos de izquierda con nacionalismo en algunas ocasiones y atacando a los medios de comunicación y a la oposición en otras. Su habilidad para cambiar de rumbo político según la dirección del viento del descontento popular ha sido una de sus principales estrategias durante su carrera política.
Desde su regreso como primer ministro por cuarta vez en octubre del año pasado, Fico ha radicalizado su posición política. En la oposición, han advertido que Fico está acumulando un poder que amenaza el Estado de derecho. Trató de rebajar las penas por corrupción y desmanteló una fiscalía especial que se ocupaba de los niveles elevados de corrupción. Además, propuso hacer una limpieza en la emisora pública RTVS, a pesar de los llamamientos para proteger la libertad de prensa.
Las elecciones presidenciales del mes pasado reforzaron el control de Fico sobre el poder después de que ganara su aliado, Peter Pellegrini. Los socios de la coalición de gobierno también han criticado a los medios y a la oposición, alegando que han inflamado las tensiones en el país con bulos y falta de profesionalidad. Pellegrini, el presidente electo y aliado de Fico, ha instado a los partidos a suspender o bajar el tono de sus campañas para las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes.
Entre las posiciones políticas más controvertidas de Fico se encuentra su actitud ambivalente respecto a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Su gobierno ha reducido el apoyo a Ucrania mientras ha abierto el diálogo con Moscú. Sus llamamientos para poner fin a las sanciones a Rusia y suspender el suministro de armas a Ucrania le han granjeado el cariño de Moscú. El Kremlin condenó el tiroteo contra Fico y le deseó una pronta recuperación.
Por último, el autor del intento de asesinato, Juraj Cintula, también tenía vínculos con el nacionalismo eslovaco y los movimientos prorrusos. En el pasado, Cintula estuvo relacionado con un grupo paramilitar prorruso llamado Reclutas Eslovacos, y participó en algunas de sus ceremonias. Este grupo se disolvió en 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, pero las fotos de Cintula con ellos están todavía disponibles en las redes sociales. Este hecho ha aumentado las preocupaciones sobre la influencia de los movimientos prorrusos en Eslovaquia y su posible papel en la creciente polarización política del país.