El líder del partido ultra Geert Wilders y los líderes de otros tres partidos políticos en los Países Bajos han presentado un acuerdo provisional de Gobierno, que se basa en un documento de 26 páginas. Este acuerdo se llegó a después de casi seis meses de negociaciones intensas y complejas. El pacto incluye la decisión de reducir impuestos, recortar beneficios para disminuir el gasto público, reducir el gasto administrativo, disminuir la asignación para la ayuda al desarrollo de terceros países y aprobar la política de asilo más restrictiva en la historia del país.
La influencia del partido de Wilders, cuyas políticas previas a las elecciones eran consideradas antisistema, puede notarse en las estrictas políticas de inmigración y en algunos recortes sociales. Wilders ganó las elecciones de noviembre con una significativa diferencia, obteniendo 37 escaños frente a los 25 del segundo partido más votado. Las encuestas actuales le otorgan aún más escaños gracias a la visibilidad que ha ganado durante las negociaciones con las formaciones del centroderecha.
Las políticas de inmigración y asilo fueron las causas principales que llevaron a la caída del anterior Gobierno dirigido por Mark Rutte. La inmigración, junto con la creciente inseguridad y la vivienda, son algunos de los desafíos principales que el futuro Gobierno tendrá que enfrentar. Se espera que este Gobierno tenga un fuerte carácter tecnocrático.
En marzo pasado, Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV), decidió no liderar el Gobierno ya que los demás partidos rechazaban la idea de que él fuera el futuro primer ministro debido a sus propuestas radicales pasadas, a pesar de que ganó las elecciones con 37 escaños. Los otros tres líderes del Partido Popular por la Libertad (VVD), del Nuevo Contrato Social (NSC) y del Movimiento Ciudadano-Campesino (BBB) también se comprometieron a no formar parte del Ejecutivo.
En el tema del asilo, el documento establece que el nuevo Gobierno «aprobará medidas concretas para aplicar las medidas más duras» y adoptará un paquete global que permita «controlar la inmigración». Las cuatro formaciones han acordado solicitar a la Comisión Europea que los Países Bajos puedan prescindir «lo antes posible» de las reglas comunes sobre política de asilo, similar a lo que hizo Dinamarca, lo que se conoce técnicamente como una «cláusula de exclusión» en esta materia.
Sin embargo, el propio Geert Wilders reconoció que esta derogación, que ya ha sido otorgada a otro país vecino, «llevará años». «Intentaremos lograr la llamada cláusula de exclusión sobre el asilo, como la que tienen los daneses. Pero podría llevar años conseguirlo», ha dicho el líder ultra. Antes de conseguir esa excepción europea, Wilders insistió en que a corto plazo, el nuevo Gobierno conservador utilizará la legislación existente en la UE y en su país para restringir al máximo lo que denominó como «un flujo excesivo de demandantes de asilo».
«Lo que tenemos en nuestro acuerdo es realmente la política más dura contra el asilo jamás aplicada en Países Bajos», dijo el líder del PVV, que promete implementar controles fronterizos para prevenir las llegadas de solicitantes de asilo y la expulsión inmediata de los que no tengan un permiso válido de residencia, «por la fuerza si es necesario», según el programa de gobierno. También se contempla el recorte de las reunificaciones familiares.
En política exterior, el ultra Wilders renuncia a su anterior euroescepticismo -llegó a defender un referéndum para salir de la UE- al reconocer la vocación de los Países Bajos como «un socio constructivo de la Unión Europea». El documento también se muestra «muy crítico con una mayor expansión de la UE», lo que podría llevar a La Haya a poner objeciones a la próxima y prevista ampliación de la Unión hacia el Este.
Los partidos que formarán la coalición se comprometen a apoyar a Ucrania «política, militar, financiera y moralmente». Además, reafirman «el derecho a la existencia y a la seguridad de Israel» en medio de la guerra en Oriente Próximo y se comprometen a estudiar el posible traslado de la embajada de los Países Bajos en este país de Tel Aviv a Jerusalén. La mayoría de los gobiernos del mundo tienen su embajada en Tel Aviv, pero los israelíes consideran a Jerusalén su capital «eterna e indivisible».
Por ello, algunos gobiernos nacionales han llevado a cabo este traslado -como el de Donald Trump en Estados Unidos- como un gesto de apoyo a la línea israelí más dura. Lo mismo ha prometido que va a hacer el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, lo que tiene una especial significación en plena guerra contra Hamas.
El acuerdo de Gobierno también contiene medidas de carácter liberal, como una bajada de impuestos a las rentas medias con la creación de un nuevo tramo del IRPF neerlandés. Esta rebaja supondría una disminución de la recaudación de 2.000 millones de euros al año. El futuro Ejecutivo también quiere recortar los impuestos al gas y prorrogar la bajada de la tasa de los carburantes hasta 2025.
El documento incluye algunas subidas puntuales de impuestos directos, como el IVA de las pernoctaciones en los hoteles o el IVA de la cultura. El futuro Gobierno prevé importantes recortes que suman un ahorro anual neto de 4.700 millones, según el documento. Entre las bajadas más significativas, destaca una rebaja en 2.400 millones de euros en cooperación al desarrollo o una reducción de las prestaciones por desempleo de los actuales dos años a año y medio.
En política energética, los cuatro partidos apuestan por construir cuatro nuevas centrales nucleares y por alcanzar una mayor independencia energética del exterior, así como una mayor producción de energía sostenible. Eso sí, entre los recortes en esta materia, eliminarán las subvenciones para la compra de coches eléctricos.
Un eufórico Wilders calificó el acuerdo alcanzado -del que todavía se desconocen algunos aspectos fundamentales- como «un hito histórico». «Hoy estamos haciendo historia, juntos como cuatro partidos, pero también el PVV, mi propia formación, porque entrar en el Gobierno, en el centro del poder. Pasamos de ser el partido más grande de la oposición, al partido gobernante más grande. El sol volverá a brillar en Países Bajos».
Los cuatro partidos que han alcanzado este preacuerdo suman 88 diputados de los 150 que componen el Parlamento de La Haya. El PVV ganó las elecciones con 37. Los liberales del VVD (la formación del primer ministro saliente, Mark Rutte) tienen 24, el centroderecha del NSC consiguió 20 diputados y la formación de los agricultores y ganaderos, siete escaños.
La oposición está encabezada por la coalición de socialdemócratas y verdes que lidera el ex vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, que encabezó la segunda candidatura más votada, con 25 diputados.