La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, se pronunció el miércoles sobre las recientes declaraciones del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, en relación con el papel que desempeñó la institución policial durante el estallido social que sacudió al país en 2019.
En una entrevista con Mega, el general Yáñez defendió la actuación de los Carabineros durante las protestas, a pesar de las críticas y acusaciones de violaciones a los derechos humanos. Yáñez será formalizado en octubre por el delito omisivo de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio, por hechos ocurridos en las manifestaciones de octubre de 2019.
En sus declaraciones, Yáñez sostuvo que los funcionarios policiales “estuvieron a la altura de los desafíos, más allá de errores puntuales que puedan haber cometido; de excesos que puedan haber ocurrido y que están siendo investigados”. Además, atribuyó a la institución que dirige un papel crucial en la estabilidad política y la continuidad democrática del país: “Si no hubiese sido por Carabineros, no habríamos tenido una transición de un mando presidencial a otro, no habríamos tenido dos asambleas constituyentes (Convención y Consejo Constitucional) y no tendríamos un país en democracia como el que tenemos hoy día”, aseguró.
En respuesta a estas declaraciones, la ministra Tohá evitó entrar en una discusión directa con el general Yáñez. En lugar de eso, declaró que “no vamos a hacer de esto un debate”. Sin embargo, hizo hincapié en que todas las instituciones y personas en Chile enfrentaron enormes desafíos durante el estallido social. «Fue un periodo complejo», señaló, «que hicimos nuestro mayor esfuerzo por salir adelante y logramos evitar situaciones muy dramáticas que pudieron haber pasado”.
Tohá también reconoció que hubo aspectos que no funcionaron como se esperaba durante el estallido social y que nadie está satisfecho con cómo concluyó el proceso. Sin embargo, afirmó que todos hicieron su mayor esfuerzo y aporte y que todos sienten que hay que mejorar para evitar una crisis de esa magnitud en el futuro.
Esta posición fue compartida por la ministra vocera de gobierno, Camila Vallejo. Durante la mañana, Vallejo dijo que “todo el proceso constituyente lo fuimos construyendo distintos actores políticos (…) es evidente que una democracia se sostiene por múltiples actores”. Con estas palabras, Vallejo recordó que la estabilidad política y la continuidad democrática del país no son responsabilidad exclusiva de una sola institución, sino de todos los actores políticos y sociales.
Las palabras de las ministras Tohá y Vallejo parecen enfocar la atención en la necesidad de una reflexión y mejora colectiva después del estallido social, en lugar de centrarse en la defensa de una sola institución. Sin embargo, estas declaraciones también reflejan el delicado equilibrio que el gobierno debe mantener en su relación con los Carabineros, una institución con poder y autonomía, pero también profundamente cuestionada por su actuación durante las protestas.
Las acusaciones contra el general Yáñez, que será formalizado en octubre, son uno de los muchos casos de abusos a los derechos humanos supuestamente cometidos por los Carabineros durante el estallido social. Este proceso judicial será observado de cerca, no sólo por la gravedad de las acusaciones, sino también por lo que significa para la necesaria reforma de los Carabineros y para la justicia de las víctimas de abusos.
El estallido social de 2019 fue un hito en la historia reciente de Chile. Fue un grito de protesta contra la desigualdad y una demanda de cambio que sacudió las estructuras políticas y sociales del país. Las palabras del general Yáñez y las respuestas de las ministras Tohá y Vallejo son un reflejo de las tensiones y desafíos que aún persisten en la sociedad chilena después de este evento.
La necesidad de aprender de los errores del pasado, mejorar las instituciones y garantizar la justicia para las víctimas son elementos clave para evitar una crisis de la magnitud del estallido social. Sin embargo, también es necesario un debate abierto y sincero sobre el papel que cada actor político e institución debe desempeñar en la construcción de un Chile más justo y equitativo. El estallido social dejó claro que la tarea no es sencilla, pero también que es una demanda urgente y necesaria para el futuro del país.