Rusia se encuentra en medio de un sorpresivo cambio de guardia en su cúpula de poder. En un giro inesperado, el presidente ruso ha decidido prescindir de su ministro de Defensa, Serguei Shoigu, dos años después del lanzamiento de su invasión a gran escala en Ucrania. En lugar de despedirlo completamente, Shoigu ha sido transferido para convertirse en el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, uno de los órganos más poderosos del país, que comparte el podio con la Administración Presidencial y el Gobierno.
Shoigu ha sido durante mucho tiempo un aliado cercano al presidente, con quien ha compartido múltiples excursiones de verano. También es uno de los fundadores del partido Rusia Unida, que se convirtió en la principal fuerza de apoyo al presidente durante sus dos primeros mandatos.
Para llenar el vacío dejado por Shoigu, el presidente ha presentado la candidatura de Andrei Belousov ante el Consejo de la Federación para que asuma el cargo de ministro de Defensa. Belousov, que ocupó el cargo de viceprimer ministro de la Federación de Rusia hasta la reciente disolución del Gobierno, estará a cargo de un ministerio que Shoigu ha liderado desde 2012.
La remodelación del Gobierno también vio la destitución de Nikolai Patrushev del cargo de secretario del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, citando su traslado a otro puesto. Este movimiento se produce semanas después de que un escándalo de corrupción resultara en la detención de uno de los viceministros de Shoigu, Timur Ivanov, por aceptar un soborno.
Serguei Lavrov, el veterano ministro de Asuntos Exteriores del país, mantendrá su posición, según anunció el Kremlin.
La reestructuración permite a Shoigu ocupar un puesto que, técnicamente, se considera superior al que desempeñaba anteriormente en el Ministerio de Defensa. Esto garantiza la continuidad y salva la cara de Shoigu, aunque ya no estará al mando directo del Ministerio de Defensa. Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor, encargado de la gestión diaria de la guerra, permanecerá en su puesto.
Este cambio en la cúpula se produce días después de que el presidente asumiera su quinto mandato. En medio de todo esto, las fuerzas rusas han lanzado nuevos ataques importantes en el noreste de Ucrania.
El nombramiento de Belousov, un funcionario más conocido por su experiencia en economía que por su conocimiento militar, ha sorprendido a muchos analistas. Sin embargo, como señaló el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, el cambio tiene sentido ya que Rusia se está acercando a una situación similar a la de la Unión Soviética a mediados de los años 1980, cuando los gastos militares y de seguridad representaban el 7,4% del gasto estatal.
El Kremlin ve como vital que dicho gasto esté en línea con los intereses generales del país. Por tanto, el presidente ahora preferiría tener a un civil con experiencia económica en el Ministerio de Defensa. «El Ministerio de Defensa debe estar absolutamente abierto a la innovación, a la introducción de todas las ideas avanzadas», afirmó Peskov.
La gran pregunta es dónde irá a parar Nikolai Patrushev, que en alguna ocasión ha sonado como posible sucesor del presidente, tras dejar el Consejo de Seguridad. El Kremlin ha prometido anunciar cuál será su nuevo cargo «en los próximos días».
Las decisiones del presidente deberán ser aprobadas por el Consejo de la Federación. Sin embargo, las dos cámaras del Parlamento ruso son órganos que siempre aprueban los deseos del presidente. El Consejo informó que «los senadores celebrarán consultas sobre los candidatos propuestos por el presidente en las reuniones de los comités el 13 de mayo» y en una reunión del Consejo de la Federación el 14 de mayo.
Los legisladores rusos aprobaron el 10 de mayo a Mijail Mishustin como primer ministro, horas después de que el presidente lo nominara para un nuevo mandato.