La obesidad es un problema creciente en todo el mundo, y no es diferente en Chile. Los principales factores detrás del aumento de la obesidad son el entorno ambiental, el contexto psicosocial y la genética, según Alexandra Willekela, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de La Serena y especialista en salud infantil ambulatoria.
El reciente Mapa Nutricional de la JUNAEB reveló indicadores preocupantes entre los escolares chilenos, especialmente los de quinto básico. Los alimentos procesados llenos de calorías, grasas y azúcares refinados son la norma en la dieta de estos jóvenes. A esto se suma el fácil acceso a la tecnología, que ha disminuido la cantidad de actividad física que realizan.
El ambiente en que viven estos niños a menudo no es propicio ni seguro para la actividad física, obligándolos a quedarse en casa. Los estudiantes de quinto básico registraron altos niveles de malnutrición, con una prevalencia del 62.5%, lo que significa que tres de cada cinco estudiantes tienen sobrepeso.
La pubertad trae consigo una serie de cambios físicos y psicosociales. Las jóvenes tienden a aumentar de peso debido al estirón puberal, mientras que los cambios hormonales también pueden contribuir al aumento de peso. Es durante la adolescencia cuando los jóvenes buscan la validación de sus compañeros, lo que puede llevar a comportamientos de riesgo como cambiar sus hábitos alimenticios para encajar.
La obesidad es una enfermedad crónica multifactorial que requiere intervención en varios ámbitos, incluyendo el individual, el familiar y el escolar. Willekela enfatiza la importancia de los hábitos de vida saludables desde una edad temprana.
Los buenos hábitos alimenticios deben ser inculcados desde la infancia. Por ejemplo, a un niño de 8 meses se le debe dar agua durante las comidas en lugar de jugos procesados y azucarados. Esto establecerá el hábito de beber agua durante las comidas en lugar de bebidas azucaradas.
Para abordar la creciente tasa de obesidad infantil en Chile, Willekela afirma que es necesario un cambio a nivel individual, familiar y en las instituciones que interactúan con los niños.
Las implicaciones de la obesidad infantil son serias. Los niños obesos pueden enfrentar una serie de problemas de salud, incluyendo enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y problemas de salud mental. Además, los niños obesos tienen más probabilidades de convertirse en adultos obesos.
La obesidad también puede afectar la calidad de vida de los niños, su rendimiento escolar y su bienestar emocional. La prevención y el tratamiento de la obesidad infantil deben ser una prioridad para los padres, los educadores y los profesionales de la salud.
La obesidad es un problema complejo que necesita una solución multifacética. Se necesitan políticas públicas sólidas, educación sobre nutrición y actividad física, y un entorno que promueva estilos de vida saludables.
En conclusión, la obesidad infantil es un problema creciente en Chile que requiere una acción inmediata y coordinada. Es imperativo que todos los sectores de la sociedad trabajen juntos para abordar este problema de salud pública.