La crisis humanitaria en Gaza se agrava día tras día y ha alcanzado un nuevo y trágico hito. Dos bebés prematuros han perdido la vida en el hospital de Al-Shifa debido a la falta de electricidad, una consecuencia directa del bloqueo impuesto por Israel. Este es el último y más desgarrador ejemplo de la cruda realidad que enfrenta Gaza, una región asediada y aislada, donde incluso los más vulnerables, los recién nacidos, no están a salvo.
La Organización No Gubernamental Human Rights Israel ha confirmado la terrible noticia: “Como consecuencia de la falta de electricidad, podemos confirmar que la unidad de cuidados intensivos neonatales ha dejado de funcionar. Dos bebés prematuros han muerto y otros 37 están en peligro”.
El hospital de Al-Shifa, uno de los más grandes y mejor equipados de la Franja de Gaza, está en el ojo de la tormenta. Los cortes de energía han agravado la situación hasta tal punto que cientos de pacientes están atrapados y el personal médico se enfrenta a desafíos insuperables. El director del hospital, Muhamad Abu Salmiya, ha confirmado la tragedia, lamentando que en las últimas horas haya muerto un bebé en una incubadora y un joven ingresado en cuidados intensivos.
Mohamed Obeid, un cirujano de la prestigiosa ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), también ha advertido sobre la difícil situación. Según él, “hay muchos pacientes ya operados que no pueden caminar”, mientras que el personal sanitario se ve imposibilitado de abandonar el lugar.
En medio de los incesantes ataques israelíes, la tragedia en Gaza continúa desplegándose con consecuencias humanitarias cada vez más devastadoras. La falta de suministro eléctrico no solo pone en peligro la vida de los pacientes en los hospitales, sino que también plantea preguntas cruciales sobre la capacidad de brindar atención médica.
Es importante recordar que Gaza ya venía soportando una crisis sanitaria antes de la reciente escalada de violencia. El bloqueo prolongado ha provocado una severa escasez de medicamentos y material médico, lo que ha llevado a un colapso casi total del sistema de salud.
La falta de electricidad ha puesto a los hospitales de la región en una situación extremadamente complicada. Muchos de ellos dependen de generadores de emergencia para seguir funcionando, pero estos requieren combustible, otro recurso que escasea debido al bloqueo.
Los bebés en las unidades de cuidados intensivos neonatales son particularmente vulnerables a los cortes de electricidad. Estos pequeños pacientes necesitan incubadoras, ventiladores y otros equipos vitales que funcionan con electricidad. Sin ella, sus vidas corren un riesgo inmediato.
El caso de los dos bebés que murieron en el hospital de Al-Shifa es un crudo recordatorio de la realidad que viven los ciudadanos de Gaza. La falta de electricidad no es solo un inconveniente, sino una cuestión de vida o muerte.
El bloqueo de Gaza por parte de Israel ha sido ampliamente criticado por la comunidad internacional, que ha instado en numerosas ocasiones a que se levante para permitir la entrada de ayuda humanitaria. Sin embargo, hasta ahora no ha habido cambios significativos ni señales de que la situación vaya a mejorar.
La falta de electricidad y la incapacidad para proporcionar atención médica adecuada a los más vulnerables, son solo algunas de las muchas caras de la crisis humanitaria en Gaza. Mientras la comunidad internacional debate y discute, las vidas de las personas más vulnerables, como los bebés prematuros, penden de un hilo.
En el hospital de Al-Shifa y en otros lugares de Gaza, los médicos y el personal sanitario luchan contra la adversidad para salvar vidas. Pero sin suministro eléctrico y sin los recursos necesarios, es una lucha que se vuelve cada día más difícil. En el fragor de esta batalla humanitaria, los más pequeños y vulnerables son los que más sufren.
La muerte de estos dos bebés prematuros en el hospital de Al-Shifa no deben ser olvidadas. Deben servir como un recordatorio de la gravedad de la crisis en Gaza y la urgente necesidad de una solución.