Industria del salmón critica acuerdo de fiscalización entre la ONG Oceana y Sernapesca

Industria salmonera critica convenio ONG Oceana-Sernapesca para fiscalización

La industria salmonera de Chile se encuentra en un punto de inflexión. Recientemente, se ha planteado una preocupación significativa en el sector debido a un acuerdo entre el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) y la ONG Oceana, una organización internacional dedicada a la conservación ambiental. Firmado el 12 de febrero, este acuerdo busca desarrollar una plataforma para supervisar a las empresas salmoneras, con acceso a información confidencial de sus centros de cultivo, incluyendo la carga de antibióticos y la biomasa.

Esta iniciativa ha causado revuelo en la industria. Los ejecutivos y asesores de las compañías salmoneras, quienes se enteraron de esta iniciativa recién el pasado martes, han expresado su molestia, calificando el caso como grave y una violación de los códigos. La directora de Sernapesca, María Soledad Tapia y la directora ejecutiva de Oceana, Liesbeth Van der Meer, son las firmantes del documento que ha desencadenado esta controversia.

Según el acuerdo, Oceana se encargará de que los servicios y la plataforma sean entregados a Sernapesca. Además, la ONG certifica que es licenciataria de los derechos de autor de los servicios y la plataforma, proporcionados a la institución. El escrito establece que Oceana se complace en apoyar el desarrollo de tecnología para mejorar la transparencia de los datos de acuicultura para Sernapesca a través de su Departamento de Gestión de Información, Servicios al Usuario y Estadísticas Sectoriales (GIA).

Este acuerdo se enmarca en la puesta en marcha de “la Ley 21.532, que modifica la Ley 18.892 en materias de captura de salmónidos, así como la transparencia en la entrega de datos sobre el uso de antibióticos y parasitarios, mortalidades, producción y escapes, incentivando el mejoramiento de una actividad que genera altos impactos en el medio ambiente”.

La directora ejecutiva del Consejo del Salmón, Loreto Seguel, expresó su descontento con el acuerdo. Seguel argumentó que se estaría entregando a una entidad privada, de origen extranjero y de financiamiento desconocido, información sensible y con acceso privilegiado, de la segunda industria exportadora más relevante de Chile. Además, criticó la falta de transparencia del proceso y la exención de responsabilidad a Oceana en el manejo y tratamiento de datos.

El presidente de Salmonicultores de Magallanes, Carlos Odebret, compartió preocupaciones similares y afirmó que Sernapesca, un organismo público, es el encargado de disponer de la información sobre el uso de antibióticos, antiparasitarios y escapes de peces, y no la ONG Oceana. Odebret criticó que el convenio exime a la ONG de cualquier error en el manejo de los datos o en la falla de la plataforma.

Arturo Clement, presidente de SalmonChile, expresó su sorpresa y preocupación por la decisión de Sernapesca de desarrollar la plataforma con una ONG que tuvo un rol activo en la tramitación de este proyecto de ley. Clement sostuvo que esta acción genera un conflicto por la falta de imparcialidad de Oceana, dada su conocida postura o sesgo hacia la industria.

Mientras tanto, en la política, el diputado independiente Miguel Angel Calisto solicitó que se oficie a la Contraloría General de la República, el Ministerio de Economía y la Subsecretaría de Pesca para conocer los alcances del acuerdo Oceana-Sernapesca. El diputado UDI Sergio Bobadilla pidió invitar al subsecretario de Pesca para la sesión del 8 de mayo, una propuesta que fue aprobada por unanimidad.

Pese a las críticas, Oceana ha defendido el acuerdo. En conversación con Pulso La Tercera, la directora ejecutiva de Oceana, Liesbeth Van der Meer, calificó las respuestas de los gremios como una “sobrerreacción”. Van der Meer argumentó que Oceana simplemente está ayudando a Sernapesca a encontrar un sistema para publicar la información de manera legible y afirmó que la información debe ser pública para que los consumidores sepan qué están comiendo.

Esta controversia destaca la tensión entre la necesidad de transparencia y la protección de la información confidencial en la industria salmonera. Mientras la disputa se desarrolla, las ramificaciones del acuerdo entre Sernapesca y Oceana seguirán siendo un tema de debate en la industria y la política en Chile.

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