En una reciente acusación, Rusia ha afirmado que las actividades de los biólogos militares estadounidenses están orientadas a la creación de «epidemias controladas artificialmente«. El jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, Ígor Kirílov, durante una rueda de prensa, expresó su preocupación por las actividades que, según él, están fuera del control de la Convención sobre Armas Biológicas (CABT) y del mecanismo del secretario general de la ONU para investigar el uso de armas biológicas.
Kirílov agregó que estos actos conducen a un mayor deterioro de la situación epidémica, especialmente debido a la posible creación de focos artificiales de enfermedades y la expansión no regulada del área de los vectores. Esta acusación es particularmente alarmante a la luz de las actuales preocupaciones globales sobre la propagación de enfermedades infecciosas.
Además, Kirílov denunció que los especialistas militares estadounidenses realizaron experimentos aerobiológicos con dos cepas del virus de la viruela, a pesar de la prohibición de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La viruela es uno de los virus más mortíferos conocidos por la humanidad, y su manipulación en un entorno no regulado plantea serias inquietudes sobre la seguridad y la ética de tales experimentos.
El alto funcionario ruso también expresó su preocupación por el hecho de que Washington está incrementando sus capacidades biológico-militares, supuestamente para supervisar las enfermedades infecciosas y ayudar a los países en desarrollo. Esta observación es notable en la situación actual en Ucrania.
Según Kirílov, muchas entidades estadounidenses que anteriormente eran contratistas del Pentágono para el desarrollo de armas biológicas, participan en el llamado Programa de Reducción de Amenazas Biológicas. Este programa es llevado a cabo en Ucrania por la Administración de Reducción de Amenazas del Departamento de Defensa de EE.UU. (Ditra).
Kirílov también señaló que durante el último año, el Pentágono ha desarrollado y adoptado una serie de documentos conceptuales que prevén la expansión de la red de laboratorios biológicos controlados por EE.UU. en el extranjero y la continuación de la investigación biológica militar más allá de su jurisdicción nacional.
Estas acusaciones, si se demuestran ciertas, podrían tener implicaciones significativas en las relaciones internacionales y la seguridad global. Los experimentos no regulados con armas biológicas y la expansión no controlada de enfermedades infecciosas podrían tener consecuencias devastadoras.
Es importante destacar que hasta la fecha, las acusaciones de Rusia no han sido verificadas por una entidad independiente. Sin embargo, la gravedad de las acusaciones requiere una investigación exhaustiva y transparente por parte de la comunidad internacional.
En un mundo cada vez más interconectado, la seguridad biológica es una preocupación global que requiere una cooperación y una transparencia internacionales sólidas. La comunicación abierta, la regulación y la supervisión son fundamentales para prevenir la propagación de enfermedades y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos del mundo.