La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su consternación ante la crisis que se vive en el hospital Al-Naser, ubicado en la región sur de Gaza, tras los repetidos ataques de Israel contra esta institución sanitaria. La situación es alarmante y ha dejado a la comunidad médica internacional y a los defensores de los derechos humanos profundamente afectados.
A pesar del asedio que ha durado tres semanas y de la continua operación militar israelí, los médicos de la OMS lograron acceder al hospital Al-Naser. Lo que se encontraron a su llegada ha sido descrito como impactante.
Según el Ministerio de Salud palestino, 14 pacientes en estado crítico tuvieron que ser evacuados de Al-Naser y trasladados a otros hospitales en el sur de Gaza. Sin embargo, todavía hay más de 180 pacientes y 15 médicos y enfermeras que permanecen en el hospital, atrapados en una situación insostenible sin alimentos, suministros médicos básicos, oxígeno, agua corriente y electricidad.
Los profesionales de la salud que lograron abandonar el asediado hospital están profundamente preocupados por sus colegas que aún permanecen atrapados allí. Ahmad Moghrabi, uno de los médicos que logró salir y ahora intenta salvar vidas en el hospital europeo en Jan Yunis, es un vivo ejemplo de la precariedad que se vive.
Desde el inicio de la guerra, a principios de octubre, Israel ha estado atacando de manera constante los hospitales de Gaza. El pretexto de estos ataques, según Israel, es la presunta actividad del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) dentro de las instituciones sanitarias. Sin embargo, HAMAS ha calificado estas acusaciones de puras mentiras.
La Resistencia sostiene que estos ataques sistemáticos contra los centros médicos no son más que un intento por hacer que la Franja sea inhabitable.
En medio de este conflicto, la salud y la vida de miles de personas están en juego. Las instalaciones sanitarias, que deberían ser refugios seguros en tiempos de guerra, se han convertido en objetivos, y los médicos, enfermeras y pacientes que dependen de ellas, en víctimas.
La situación es desesperada y la comunidad internacional observa con creciente preocupación las consecuencias humanitarias de este conflicto. La OMS y otras organizaciones de salud en el mundo están haciendo un llamado a todas las partes involucradas para que respeten el derecho internacional humanitario y protejan las instalaciones de salud y a su personal.
La tragedia en el hospital Al-Naser es una señal alarmante de la vulnerabilidad de los sistemas de salud en tiempos de conflicto. Las vidas de los pacientes, el personal médico y la capacidad de proporcionar atención médica en Gaza están en peligro. En estos momentos difíciles, es crucial recordar el papel esencial que juegan los hospitales y el personal médico en la protección de la salud y la vida humanas, y hacer todo lo posible para salvaguardar estas instituciones vitales.
