Un nuevo estudio publicado en la revista Nature ha desvelado una parte importante del misterioso lenguaje con el que se comunican los cachalotes. Los científicos que llevaron a cabo la investigación sugieren que estos animales marinos pueden tener su propio «alfabeto fonético», una afirmación que desafía las creencias anteriores de que los cachalotes no tenían mucho que decir debido a la emisión repetitiva de sonidos.
Este estudio pionero ha revolucionado la forma en que escuchamos y entendemos a los cachalotes. Anteriormente, los expertos analizaban las vocalizaciones de los cachalotes, conocidas como «codas», de forma aislada. Estas codas se organizan en alrededor de 150 patrones repetitivos. Sin embargo, los científicos han adoptado un nuevo enfoque, comparando las codas entre sí en un nivel de detalle sin precedentes. Esto ha revelado variables significativas como el ritmo, el tempo, la duración y la presencia de sonidos adicionales que podrían cambiar el significado de una coda.
Este descubrimiento ha llevado a los científicos a concluir que las codas son, de hecho, un «alfabeto fonético». Aunque todavía no pueden entender exactamente lo que los cachalotes están diciendo, creen que este hallazgo podría ser un paso significativo hacia la comprensión de su lenguaje. David Gruber, coautor del estudio y catedrático de Biología en la City University de Nueva York, sostiene que este es un primer paso crucial para entender los componentes básicos del sistema de comunicación de los cachalotes.
El «alfabeto fonético» de los cachalotes fue descubierto gracias al Proyecto Cachalote de Dominica, que recopiló y analizó 9.000 codas registradas entre 2005 y 2018. Estas codas fueron grabadas utilizando estaciones de escucha submarinas y dispositivos acústicos colocados en animales marinos. La recopilación de codas de cachalotes que han sido estudiados durante largos períodos de tiempo permitió a los científicos entender el contexto de las «conversaciones».
Shane Gero, fundador del Proyecto Cachalote de Dominica y coautor del estudio, afirma que el verdadero valor del proyecto radica en su conocimiento de largo plazo de los cachalotes. El entendimiento del contexto social familiar de los cachalotes ha permitido a los investigadores dirigirse hacia la comprensión de lo que estas ballenas necesitan decirse unas a otras y qué información pueden estar compartiendo.
Sin embargo, Gero también reconoce que todavía queda mucho por aprender. El proceso para clasificar las codas es manual y requiere mucho tiempo. Los científicos deben primero identificar al cachalote que emitió la coda y luego determinar su tipo. A pesar de esto, se espera que este pequeño avance allane el camino para más descubrimientos en el futuro sobre el lenguaje de los cachalotes.
Este estudio es realmente la primera vez que las codas se observan en el contexto de cómo se intercambian conversacionalmente entre las ballenas. Como tal, puede representar un importante primer paso hacia la comprensión de la comunicación entre los cachalotes y, potencialmente, hacia la comprensión de la comunicación entre otras especies marinas.