El escenario político y social chileno se ha visto sacudido por el asesinato de tres funcionarios de Carabineros en la localidad de Antiquina, al sur de la comuna de Cañete, Región del Biobío. Este hecho lamentable se produce en un momento en que la institución atraviesa por un periodo crítico, con su general director, Ricardo Yáñez, a punto de enfrentar una formalización ante la justicia por presunta omisión de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves y homicidio.
Este escenario ha generado una ola de repulsa y conmoción a nivel nacional, alcanzando a todos los sectores de la sociedad chilena. El general Yáñez señaló que los miembros de la institución se encuentran «afectados, dolidos, golpeados» por el crimen. Asimismo, el Presidente Gabriel Boric expresó su incondicional apoyo a la institución, asegurando que “acá no hay fisuras. Somos una sola fuerza del Estado de Chile, de la sociedad chilena contra estos delincuentes, contra estos terroristas, contra quienes hayan cometido este brutal asesinato que enluta a todo el país”.
La magnitud de este hecho ha generado un efecto político inmediato. La oposición ha pedido que el general Yáñez siga en el cargo y se ha planteado la posibilidad de una amnistía para los carabineros investigados o procesados por violaciones a los derechos humanos. Paralelamente, se ha comenzado a relativizar la comparecencia del jefe de Carabineros ante la justicia.
Las víctimas del trágico suceso fueron el sargento primero Carlos José Cisterna Navarro y los cabos primero Sergio Arévalo Lobos y Misael Vidal Cid, pertenecientes a la Comisaría de Control de Orden Público (COP) de Los Álamos. Diversas versiones señalan que la camioneta en la que se encontraban fue emboscada y posteriormente incendiada, lo que ha llevado a que se considere este suceso como el más grave que ha afectado a Carabineros de Chile desde el retorno a la democracia.
El hecho ocurrió en un momento especialmente sensible para la institución, que se preparaba para celebrar un nuevo aniversario de su fundación. Las actividades conmemorativas fueron suspendidas y el general Yáñez expresó que “una vez más cargamos con el luto, con el peso de un cruel y vil asesinato”.
En respuesta al asesinato de los carabineros, el Presidente Gabriel Boric ha asegurado que no habrá impunidad y que se hará todo lo posible por encontrar a los autores de este terrible crimen. Asimismo, ha decretado Duelo Nacional por tres días en todo el país.
El crimen ha generado un rechazo unánime por parte de todos los sectores políticos e instituciones del país. La presidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, Karol Cariola, ha destacado que “esta es una situación que nos tiene que conmocionar a todos y todas y que tenemos que tomar todas las medidas para que no se vuelvan a repetir».
Sin embargo, en medio de la conmoción y el luto, el futuro del general Yáñez parece incierto. Hasta antes del asesinato de los carabineros, se especulaba que Yáñez renunciaría a su cargo debido a la formalización en su contra que se debe efectuar el próximo 7 de mayo. Sin embargo, tras el crimen, el panorama parece haber cambiado. Desde el Gobierno se han dado señales de relativización respecto a la renuncia y formalización del jefe de Carabineros y la oposición ha lanzado una nueva ofensiva para que Yáñez se quede en el cargo y se evite su eventual procesamiento.
En este sentido, el general Yáñez ha enfatizado que continuará en el cargo “los días que sean necesarios para acompañar a mis carabineros, para trabajar junto a todas las instituciones que están trabajando en esta ocasión con la finalidad de cambiar las estrategias, modificar las tácticas, porque no nos van a ganar y no nos van a doblar la mano, y en eso vamos a poner todo nuestro empeño”.
Esta situación ha generado reacciones divididas. Mientras que algunos sectores piden un cambio en el gabinete a cargo de la seguridad del país, otros solicitan la destitución inmediata del Fiscal Xavier Armendáriz, quien presentó el requerimiento de formalización contra Ricardo Yáñez.
El asesinato de los tres carabineros ha puesto en el centro del debate público la situación de seguridad en el país y el futuro de la institución. En este escenario, el general Yáñez y la institución que dirige se encuentran en el ojo del huracán, en un momento de incertidumbre y tensión para el país.