Maduro insistió en que Venezuela ha cumplido «plenamente» todos los compromisos que asumió con la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden. «Somos los que cumplimos con voluntad máxima por la defensa del pueblo venezolano, el derecho a la independencia y la paz», afirmó el presidente.
Esta acusación se produce después de que Estados Unidos anunciara la reversión parcial del alivio de sanciones sobre el petróleo y el gas venezolanos. El Gobierno estadounidense acusó a Caracas de romper sus promesas electorales al descalificar a la líder opositora María Corina Machado.
El Departamento del Tesoro decidió no extender el período de alivio de sanciones, otorgando a las empresas extranjeras hasta el 31 de mayo para detener completamente la extracción y exportación de petróleo y gas que han llevado a cabo durante los últimos seis meses.
Maduro rechazó las nuevas medidas de Washington, que tienen como objetivo complicar la operación de empresas internacionales en Venezuela. El mandatario declaró: “No hay sanción, no hay amenaza que hoy por hoy le haga daño al esfuerzo de construir un nuevo modelo económico productivo porque hoy no dependemos de nadie en este mundo, solo dependemos de nuestro esfuerzo, de nuestro trabajo, de la unión que tenemos, de nuestra inteligencia, de nuestros planes, de nuestra sabiduría, de la buena voluntad nacional”.
En octubre del año pasado, Washington había emitido la Licencia General 44, que levantó las sanciones sobre el petróleo y el gas venezolano durante seis meses. Esta medida fue vista como un gesto de buena voluntad en un momento en que las relaciones entre ambos países estaban en una situación delicada. Sin embargo, la decisión reciente de revertir parcialmente este alivio sugiere un cambio en la postura del Gobierno estadounidense.
La situación en Venezuela ha sido objeto de atención internacional debido a la crisis económica y política que vive el país. Las sanciones de Estados Unidos han sido una de las herramientas utilizadas para presionar al Gobierno de Maduro para que realice reformas democráticas. No obstante, el presidente venezolano ha insistido en que estas medidas solo han dañado a la economía del país y a su población, y ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que las sanciones sean levantadas.
La relación entre Venezuela y Estados Unidos ha estado marcada por la tensión y el desacuerdo en los últimos años. Maduro ha acusado repetidamente al Gobierno estadounidense de interferir en los asuntos internos de Venezuela, mientras que Washington ha criticado la gestión de Maduro y ha apoyado a la oposición en el país.
Esta última acusación de Maduro refuerza la percepción de que las relaciones entre ambos países continúan siendo difíciles. La decisión del Gobierno estadounidense de no extender el alivio de las sanciones podría ser vista como una señal de que Washington no está satisfecho con el progreso de las reformas en Venezuela.
La economía de Venezuela, que depende en gran medida de la exportación de petróleo y gas, se ha visto duramente afectada por las sanciones de Estados Unidos. La decisión de no extender el alivio de las sanciones sobre estos productos podría tener repercusiones significativas en la economía del país.
En respuesta, Maduro ha asegurado que su Gobierno está trabajando para construir un nuevo modelo económico que no dependa de ningún otro país. Sin embargo, este es un desafío considerable dado el actual estado de la economía del país y las dificultades que enfrenta para atraer inversiones extranjeras debido a las sanciones y la inestabilidad política.
La situación en Venezuela sigue siendo incierta, y la decisión de Estados Unidos de no extender el alivio de las sanciones podría complicar aún más las cosas. Mientras tanto, Maduro sigue insistiendo en que su Gobierno está comprometido con la defensa del pueblo venezolano y la independencia y paz del país.