En medio de la creciente crisis hídrica que se vive en Chile, la semana pasada, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, visitó la Región de Coquimbo para anunciar una serie de medidas destinadas a combatir la sequía, sobre todo en la provincia de Limarí. A lo largo de su visita, Valenzuela participó en diversas actividades y dejó en claro su postura respecto a una de las propuestas más debatidas en el país: la creación de una carretera hídrica.
Una carretera hídrica es una infraestructura que se propone para transportar agua desde el sur del país hacia las regiones más necesitadas en el norte. Esta propuesta ha sido respaldada por varios gremios y autoridades locales, sin embargo, el ministro Valenzuela descartó esta posibilidad, señalando que no se ha avanzado en el proceso y que el territorio nacional presenta cuencas cortas que hacen inviable tal empresa.
Valenzuela explicó que algunas regiones, como la del Biobío, han experimentado un crecimiento notable gracias a la pesca, impulsada por la capacidad bentónica del Golfo de Arauco y el recurso del río Biobío. Retirar agua de estas áreas podría tener un impacto negativo en su desarrollo económico.
Ante las propuestas de soluciones milagrosas a la crisis hídrica, Valenzuela fue enfático en señalar que son promesas inviables, comparándolas con el cuento de Melquiades. En lugar de buscar soluciones milagrosas, el ministro se mostró a favor de optimizar los sistemas existentes de embalses en la Región de Coquimbo.
Víctor Pino, diputado del Partido Demócratas, expresó su desacuerdo con la postura de Valenzuela. Para Pino, la crisis hídrica es generalizada y requiere la exploración de todas las alternativas disponibles. El diputado propuso la posibilidad de trasladar agua desde la Región de Atacama, utilizando la desaladora de la Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios (ECONSSA) ubicada en Caldera.
Pino resaltó que esta planta solo está operando al 20% de su capacidad, lo que deja un margen significativo para incrementar su producción. Sin embargo, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) ha rechazado esta propuesta argumentando que no es viable estudiarla en paralelo a la implementación de una desalinizadora.
Por su parte, Ricardo Cifuentes, parlamentario de la Democracia Cristiana (DC), criticó las declaraciones de Valenzuela, argumentando que el secretario de Estado debería estar buscando soluciones innovadoras para enfrentar la crisis.
Finalmente, cabe recordar que el traslado de agua desde la desaladora de ECONSSA en Atacama también enfrenta obstáculos significativos. Según Consuelo Silva, directora de ECONSSA, la implementación de esta medida sería compleja debido a los permisos requeridos y al elevado costo de inversión, que podría alcanzar hasta el triple del costo de una desalinizadora.
En resumen, la crisis hídrica que se vive en Chile es un problema complejo que requiere soluciones integradas y eficientes. Sin embargo, las propuestas actuales parecen estar lejos de consensuar entre las diferentes autoridades y gremios del país, lo que dificulta la adopción de medidas efectivas para enfrentar la sequía.