En los años 90, Mercedes realizó una serie de movimientos estratégicos y audaces que dejaron una marca indeleble en la historia de la automoción. Entre sus innovaciones más notables se encontraban los prototipos Mercedes F100 y F200, vehículos que abarcaban los segmentos de los monovolúmenes y los coupés respectivamente. Sin embargo, la marca alemana no se detuvo ahí. En 1997, en el IAA de Frankfurt, presentó el Mercedes F300 Life Jet, un vehículo que tenía la intención de desdibujar para siempre la frontera entre los coches y las motos.
A diferencia de otros fabricantes de automóviles, Mercedes nunca había explorado el mundo de las motocicletas. Sin embargo, con el F300 Life Jet, la marca alemana se aventuró en este territorio desconocido, dando como resultado un intrigante vehículo de tres ruedas. El F300 Life Jet fue diseñado con el objetivo de combinar lo mejor de ambos mundos – la emoción, ligereza y disfrute de las motocicletas con la seguridad, estabilidad y protección de los elementos de un automóvil.
El F300 Life Jet presentaba un diseño bastante peculiar. Tenía un faro delantero único, una pequeña calandra y dos puertas similares a las de un automóvil. Su habitáculo contaba con dos asientos en configuración tándem, y su techo desmontable permitía a los ocupantes disfrutar de la emoción de conducir al aire libre. La rueda trasera única del vehículo estaba montada en un bastidor basculante, muy similar al de una motocicleta, lo que contribuía a su excepcional maniobrabilidad y agilidad.
El F300 Life Jet también destacaba por su avanzada tecnología. Mercedes colaboró con un fabricante de neumáticos para desarrollar neumáticos especiales para el vehículo, similares a los de una motocicleta pero capaces de soportar el mayor peso del vehículo. En el interior, el vehículo contaba con un volante tipo «yoke», una instrumentación convencional, sistema de climatización e incluso un teléfono móvil.
Sin embargo, el verdadero triunfo tecnológico del F300 Life Jet era su sistema ATC (Active Tilt Control). Este sistema, controlado por un procesador electrónico, inclinaba la carrocería del triciclo hacia el interior de las curvas, imitando el comportamiento de una motocicleta. Por otra parte, el vehículo estaba equipado con un motor 1.6 atmosférico de 102 CV y una caja de cambios automática secuencial. Estas características permitían al F300 Life Jet alcanzar una velocidad máxima de 211 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 7,7 segundos.
A pesar de su impresionante diseño y tecnología, el Mercedes F300 Life Jet nunca llegó a la producción en serie. Sin embargo, su legado perdura en la historia de la automoción. La experiencia adquirida por Mercedes en la construcción de este vehículo ultraligero ha sido aplicada a otros vehículos de la marca. Y aunque el F300 Life Jet puede haber sido un vehículo que estuvo adelantado a su tiempo, su historia sigue siendo un fascinante capítulo en la rica historia de Mercedes.