La sequía en la provincia del Limarí se ha convertido en un problema cada vez más grave, amenazando la subsistencia de sectores tradicionales de la región, como la agricultura, y poniendo en peligro incluso el agua para consumo humano. En este contexto, se ha planteado el riesgo de que pueda haber un racionamiento de agua en la comuna de Ovalle, pero las autoridades y los regantes han trabajado incansablemente para evitar que se materialice este escenario extremo.
El seremi de Obras Públicas, Javier Sandoval Guzmán, ha explicado que se han implementado medidas inmediatas para priorizar el consumo humano. Entre estas medidas, destaca la preparación de acuerdos de redistribución a las juntas de vigilancia y la gestión para impulsar una mejor gestión del recurso hídrico. A largo plazo, se está avanzando en el proyecto de desaladora para la conurbación. Estas medidas buscan evitar el racionamiento de agua en las comunas más afectadas, como La Serena, Coquimbo y Ovalle.
José Eugenio González, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí, ha explicado que se ha trabajado de manera coordinada para evaluar semanalmente la situación. En estos momentos, se están modernizando las mediciones y el trabajo de distribución y ajuste de uso de agua. Además, se está controlando que se cumplan los acuerdos de redistribución y se está extrayendo una cantidad acotada de agua del embalse La Paloma para asegurar el consumo humano y un pequeño riego. Hasta ahora, no se ha tenido que recurrir al racionamiento de agua, pero este aspecto se seguirá evaluando a medida que avance el otoño y el invierno.
Por su parte, el gerente regional de Aguas del Valle, Andres Nazer, ha explicado que la empresa sanitaria también ha estado realizando obras en este contexto de escasez hídrica. La región ha estado atravesando una sequía extrema que se ha extendido por más de 14 años, con nulas lluvias y nieve en el último año, lo que ha llevado a un escenario crítico. Por ello, han estado desarrollando nuevas obras y trabajando con diversos actores de la cuenca y autoridades para enfrentar los próximos meses.
La situación de Ovalle es de extremo riesgo, pues el abastecimiento de agua potable para la ciudad y sus alrededores, como Sotaquí y Huamalata, dependen del río, siempre y cuando haya recurso disponible en el embalse La Paloma. La sequía se ha convertido en el principal foco de la gestión de Aguas del Valle y, por ello, la empresa ha destinado más de $86.000 millones en inversiones extra a lo que supone su gestión habitual en la última década.
La sequía en la provincia del Limarí es un problema complejo y multifacético que requiere una gestión sostenible y eficaz del agua. Las medidas implementadas hasta ahora incluyen acuerdos de redistribución, la modernización de las mediciones y la extracción controlada de agua de los embalses. Sin embargo, la falta de lluvias y nieve, junto con la dependencia del agua de los ríos, ha llevado a un escenario crítico. A pesar de estas dificultades, las autoridades y las empresas sanitarias están trabajando juntas para evitar el racionamiento de agua y asegurar el abastecimiento de agua potable para las comunidades afectadas.