Un aire de satisfacción se respiraba en el sector de La Herradura, Coquimbo, tras la demolición de la galería de arte Mirador, un edificio que fue erigido ilegalmente en un paseo peatonal y mirador de la zona. Aunque la Corte Suprema ya había dictaminado en 2014 la demolición y desalojo del lugar, no fue hasta 10 años después que el municipio pudo ejecutar la orden.
La construcción de la galería fue considerada ilegal por los tribunales de justicia y su desmantelamiento ha sido bien recibido por los residentes de La Herradura. “No puede ser que se demoren tantos años en desalojar si hay una orden de los tribunales. Estas cosas sólo pasan en este país”, criticó una residente local, Mirna Flores.
La demolición de la galería se vio obstaculizada por una serie de recursos legales interpuestos por los responsables de la construcción ilegal. Según Víctor Donoso, abogado del municipio, “ocurrieron varias instancias de carácter jurisdiccional. En el intertanto de todo este procedimiento que data de 2014 se intentaron por parte de la recurrente, diversos artilugios de carácter jurídico a objeto de poder entorpecer las labores de demolición”.
Finalmente, la galería fue demolida, liberando el espacio para el disfrute público. “Es satisfactorio ver todo despejado y que se recupere un lugar que nos pertenece a todos”, dijo Roxana Collao, residente local. La sorpresa fue generalizada, ya que la persona a cargo de la galería siempre aseguró que tenía los permisos necesarios para su funcionamiento.
María del Carmen Obregón, otra residente de larga data del lugar, afirmó que ella y su familia habían reclamado incansablemente ante la ocupación del espacio público que ejercía la galería. Según ella, la construcción de la galería alteró el curso de las aguas, la vía de evacuación, la circulación y bloqueó parte de la vista desde su domicilio.
Con la galería fuera de escena, los residentes y visitantes pudieron, una vez más, disfrutar del mirador en toda su magnitud. Sin embargo, algunos expresaron su preocupación por la posibilidad de que alguien quisiera volver a ocupar ilegalmente el lugar. En este sentido, se hizo un llamado al municipio para que mantenga la vigilancia en el lugar y evite cualquier alteración.
David Díaz, administrador municipal de Coquimbo, aseguró que no se repetirá una ocupación ilegal en el lugar. “Esto está enmarcado en un plan de recuperación de espacios públicos que estamos realizando en toda la comuna de Coquimbo y vamos a continuar con esta labor”, indicó.
El proceso de demolición y desalojo fue parte de un esfuerzo mayor por parte del municipio para recuperar los espacios públicos. El año pasado, el municipio ya había desalojado a una treintena de locales que expendían comida en el perímetro del Parque O’Higgins, quienes no contaban con los permisos pertinentes ni patentes comerciales.
El objetivo del municipio es reordenar la ciudad y permitir que las personas puedan disfrutar de los lugares que les pertenecen a todos los ciudadanos. Esto es parte de un esfuerzo más amplio para recuperar los espacios públicos y asegurar que sean accesibles y disfrutables para todos.