El amor por los coches puede llevar a un individuo a recorridos inesperados. Tal es el caso de Wayne Leach, un vendedor de coches de Nueva Zelanda cuya pasión por los vehículos lo impulsó a convertir su afición en una carrera profesional. Sin embargo, en 2015, este entusiasta del motor adquirió su primer Ferrari, marcando el comienzo de una aventura que llevaría a Leach a poseer una impresionante colección de coches del Cavallino Rampante.
Leach, quien había vendido 16 vehículos a los 18 años, decidió seguir su pasión por los coches y durante los últimos 30 años ha estado al frente de Winger Motors, una de las más grandes y respetadas redes de concesionarios de automóviles de Nueva Zelanda, de la que también es propietario. Sin embargo, su amor por los coches dio un giro significativo en diciembre de 2015 cuando Leach adquirió su primer Ferrari, un 308 GTB rojo con acabado en crema.
Este fue el primer vehículo de una colección que creció tan rápidamente que pronto necesitó un lugar especial para albergarla. En 2019, Leach compró un edificio para albergar su flota de Ferraris, el cual también alberga su creciente colección de arte. Este edificio, conocido como el «347» por su número de calle, fue construido originalmente en 1963 y funcionó como una gasolinera durante 20 años antes de convertirse en un museo de coches clásicos y cafetería en la década de 1990.
Fue en este espacio donde Leach logró su sueño de exhibir diseño italiano con sus Ferraris en primer plano. Además de sus coches, Leach también ha incorporado su extensa colección de arte neozelandés y australiano en el vasto espacio interior del 347. Cuadros y esculturas se complementan en los espacios del edificio, donde también alberga una gran colección de maquetas de Ferrari.
La colección Ferrari de Leach es tan impresionante como el arte que la rodea. En su colección se puede encontrar un F40, un 550 Barchetta, un 599 GTO, un 458 Speciale y un 575 Superamerica, por nombrar solo algunos, todos ellos configurados en una gama única de colores y combinaciones.
A pesar de su espectacular colección de modelos originales, Leach no tiene ningún favorito, ya que cada uno de ellos es especial a su manera. Debido a su participación en el automovilismo durante los últimos 30 años, esta filosofía también se aplica a su 458 Challenge y su 488 Challenge, con los que compitió en la serie NZ GT del año pasado.
Sin duda, el 812 Competizione Aperta y el Purosangue, que llegarán en breve, serán felices en su nuevo hogar. Pero no tan feliz como Leach cuando llegue su Daytona SP3 de fibra de carbono el año que viene. Este modelo de Ferrari es un hito en la historia de la marca, pero probablemente no será el último coche que se añadirá a esta enorme colección.
En resumen, la historia de Wayne Leach es un testimonio de cómo la pasión por los coches puede llevar a un individuo a crear una colección impresionante de vehículos. Desde su primer Ferrari en 2015 hasta su actual flota de Ferraris, Leach ha demostrado que el amor por los coches puede convertirse en una carrera profesional y un estilo de vida. Su impresionante colección no solo es un testimonio de su amor por Ferrari, sino también un monumento al diseño italiano y al arte en general.