La escena en San Petersburgo, durante una rueda de prensa del equipo Penske, resultó impredecible y cargada de emoción. La intención inicial, esclarecer los hechos tras la penalización de sus tres pilotos por la instalación de un software ilegal relacionado con el sistema Push to Pass, pronto se convirtió en una confesión forzada de uno de los corredores, Josef Newgarden.
Newgarden, quien se mostró visiblemente afectado, se desmoronó emocionalmente ante las preguntas de los periodistas. Las investigaciones revelaron que durante la primera fecha del calendario, Newgarden se benefició de hasta nueve segundos de potencia adicional, gracias a las irregularidades en su monoplaza. Tras comprobarse su conocimiento de este hecho, fue descalificado y multado.
El equipo Penske defendió su posición alegando que sus ingenieros olvidaron remover los controles electrónicos instalados para las pruebas de los motores híbridos realizadas antes de iniciar la temporada. Según ellos, este fue el motivo por el que el software seguía activando el Push to Pass, a pesar de las restricciones impuestas desde la dirección de carrera. Esto significa que los pilotos de Penske disponían del sistema mientras en el resto de los equipos estaba desactivado.
La irregularidad fue descubierta en Long Beach durante el warm-up. Las autoridades de la IndyCar determinaron que el software de Penske había sido reseteado y programado de forma diferente, pero no volvió a la configuración de esta temporada. De este modo, su codificación no coincidía con la estipulada en el control remoto.
El escenario no mejoró con la prueba no puntuable realizada en el circuito del Thermal Club. Allí, no se realizó una revisión técnica a los monoplazas, lo que permitió que los coches de Penske llegaran a Long Beach aún con las irregularidades presentes.
Las preguntas para Newgarden empezaron a tornarse más incómodas a medida que avanzaba el evento. Los periodistas cuestionaban cómo un doble campeón de la IndyCar podría desconocer las reglas sobre no activar el Push to Pass antes de pasar por meta en los reinicios y la otra es de activar el dispositivo aunque el volante le indique que ya agotó sus opciones.
El piloto estadounidense argumentó que supuso que las reglas durante los reinicios habían sido modificadas, por lo que disponía del Push to Pass. Sin embargo, reconoció que rompió las reglas y que debía asumir las consecuencias.
En un tramo especialmente emotivo, Newgarden declaró: «Me equivoqué completamente. Sólo hay una Persona sentada en el coche, la responsabilidad del uso del Push to Pass es mía. En este sentido fallé miserablemente. Es, en muchos sentidos, desmoralizador, y no hay nada que yo pueda decir que vaya a cambiar lo sucedido. Pido disculpas sinceramente a todos los seguidores de la serie, nuestros patrocinadores, mi equipo, el resto de los pilotos y a todos.”
La sombra del triunfo por medio de una ventaja ilegal surgió y se cuestionó la integridad de una estructura como Penske, ya que resulta inaceptable que sus ingenieros, por olvido, cometan errores de tal magnitud. En cualquier caso, el incidente ha manchado la reputación tanto del piloto como del equipo, que tendrán que trabajar arduamente para recuperar la confianza de la comunidad del automovilismo.