La gobernadora regional, Krist Naranjo, ha estado en el centro de la crítica y la controversia en los últimos tiempos, con las luces de advertencia parpadeando en relación con los gastos que ha estado realizando. Las críticas han oscilado desde fondos destinados para la remodelación de su residencia oficial hasta los desembolsos para el pago de finiquitos. Sin embargo, la última controversia en la que se ha visto inmersa tiene que ver con la adquisición de vestuario «corporativo» que cuesta alrededor de 2 millones de pesos.
La gobernadora parece tener un sentido agudo de la moda y quiere que su equipo esté a la altura de sus expectativas. Con un deseo de presentar un «outfit» adecuado para sus salidas a terreno, se publicó una cotización en Mercado Público bajo la orden 624-65-COT24, con la fecha límite de presentación de ofertas establecida para el 26 de abril.
El desglose de la cotización detalla la necesidad de adquirir 20 chaquetas corporativas de softshell color verde, con el logo estampado en la parte izquierda delantera (pecho), 15 chalecos geólogos color verde con gris, también con el logo estampado en la parte izquierda delantera (pecho); 20 poleras piqué manga corta color gris, con el logo estampado en la parte izquierda delantera (pecho) y 20 gorros pescador color gris con el logo estampado.
Al parecer, al más puro estilo de Miranda Priestly en “El Diablo Viste a la Moda”, la gobernadora no desea que su equipo pase desapercibido. Se sugiere que la intención detrás de esta adquisición es que esta vestimenta identifique plenamente a su equipo ante la comunidad, especialmente en la recta final de las campañas a gobernador, cargo al que seguramente se presentará para su reelección.
Además de su deseo aparente de mantener un alto perfil y una identidad visual definida, también se puede especular que Naranjo tiene la intención de aumentar su presencia en terreno y establecer una mayor cercanía con la comunidad. La falta de contacto con la comunidad ha sido una crítica constante de sus detractores desde el inicio de su mandato.
Es importante señalar que, aunque estas especulaciones podrían tener algún fundamento, son solo eso: especulaciones. No hay una confirmación oficial de que estos sean los objetivos reales de la gobernadora. Sin embargo, lo que es innegable es que la adquisición de este vestuario corporativo ha provocado una serie de críticas y ha suscitado preguntas sobre la administración de los fondos públicos.
Es evidente que Krist Naranjo está en el ojo público y sus decisiones, particularmente en lo que respecta a sus gastos, están siendo examinadas detenidamente. Con las críticas actuales centradas en la compra de vestuario corporativo, y las críticas anteriores relacionadas con los fondos destinados para remodelar su residencia oficial y los desembolsos para pago de finiquitos, la gobernadora sin duda enfrenta desafíos en términos de cómo se percibe su gestión financiera.
Mientras tanto, la comunidad y los observadores políticos estarán atentos a sus futuros pasos, especialmente en la recta final de las campañas a gobernador. El tiempo dirá si sus decisiones de gasto y su estrategia de moda corporativa darán sus frutos o si se convertirán en un obstáculo para su carrera política.