La pequeña localidad de Tongoy en la región de Coquimbo, Chile, enfrenta una plaga de zancudos debido a las aguas estancadas en el estero de Tongoy. Este fenómeno ha causado molestias entre la comunidad, que ha tomado medidas para abordar el problema, incluyendo intentos de drenar el agua hacia el mar. Sin embargo, estas acciones han despertado preocupaciones entre la comunidad científica sobre el impacto ambiental de dichas intervenciones.
Los vecinos de Tongoy han denunciado que esta situación ha estado ocurriendo desde el año pasado cuando el agua del estero se estancó. Los zancudos han proliferado en tales números que ha habido momentos en que se han formado «nubes de mosquitos». Según una residente local, la situación es «insoportable» y afecta tanto a niños pequeños como a adultos mayores.
En respuesta a la situación, un grupo de vecinos intentó abrir el banco de arena que impedía que el agua escurriera hacia el mar en al menos tres ocasiones. A pesar de estos esfuerzos, el problema persiste.
Las acciones tomadas por los vecinos han preocupado a la comunidad científica, que advierte sobre la importancia de seguir protocolos y evaluar el impacto ambiental de cualquier intervención en un cuerpo de agua, especialmente en lugares protegidos como el estero de Tongoy.
La situación fue presentada a las autoridades locales durante la última sesión del concejo municipal de Coquimbo. Raúl Postigo, portavoz y presidente de la Junta de Vecinos N°29 de Tongoy, señaló que el estero solía ser una atracción para la localidad, pero ahora se encuentra en condiciones lamentables.
Postigo lamentó cómo los turistas llegan en verano y se encuentran con un lodazal y una gran cantidad de lisas muertas. Agregó que a partir de las 18 horas, los zancudos comienzan a aparecer, lo que le obliga a cerrar su negocio.
Los residentes locales han enviado una carta a las autoridades solicitando una solución para este lugar, que propicia un ambiente anaeróbico donde proliferan vectores de enfermedades e infecciones, como zancudos, mosquitos, roedores y aves. Esta situación es especialmente preocupante debido a la alerta sanitaria por la presencia de mosquitos Aedes aegypti y Anopheles pseudopunctipennis, ambos responsables de la propagación del dengue y que se crían en aguas estancadas.
Leonardo Gros, seremi de Medio Ambiente, fue citado para analizar la situación. Gros señaló que la ausencia de agua fluyendo hacia el mar se repite en todos los humedales y esteros de la región, debido al cambio climático y las condiciones de sequía. Descartó que las obras realizadas por el MOP en la localidad hubieran cerrado el caudal.
Respecto a la plaga de zancudos, Gros descartó la posibilidad de contagios de enfermedades como el dengue, argumentando que los mosquitos que transmiten esta enfermedad no tienen las condiciones ambientales para desarrollarse en la zona.
Por su parte, el funcionario de la seremi de Salud, Tomás Balaguer, expresó que no existe en la región ninguna especie de mosquito que transmita el dengue. Aseguró que desde el año 2015 existe un programa de vigilancia en todas las regiones y que en Tongoy, desde el año 2016, se lleva a cabo una vigilancia del estero y el cuerpo de agua. En base a esta vigilancia, se han detectado cinco tipos de mosquitos, pero ninguno de ellos es Aedes aegypti.