En la localidad de Tongoy, un grupo de residentes se ha unido para combatir una plaga de zancudos que, según denuncian, ha invadido el área después de que las aguas del estero de Tongoy quedaran estancadas y dejaran de fluir hacia el mar. Los residentes informan que han estado experimentando una infestación de zancudos desde el año pasado, lo que ha llevado a algunos a tomar medidas extremas para resolver el problema.
“Tenemos verdaderas nubes de mosquitos. Esto viene ocurriendo desde el año pasado cuando el agua del estero se estancó. Es insoportable la cantidad de zancudos que pican tanto a niños pequeños como a adultos mayores”, declara una de las vecinas. Para combatir esta plaga, algunos residentes han intentado abrir el banco de arena que impide que el agua fluya hacia el mar. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el problema persiste.
Este tipo de acciones ha suscitado preocupación entre la comunidad científica, que enfatiza la importancia de seguir los protocolos adecuados y evaluar el impacto ambiental de cualquier intervención en un cuerpo de agua, especialmente en lugares protegidos como el estero de Tongoy. Esta preocupación se ha planteado durante la última sesión del concejo municipal de Coquimbo, donde los líderes comunitarios expusieron la situación a las autoridades locales.
Raúl Postigo, portavoz y presidente de la Junta de Vecinos N°29 de Tongoy, lamenta la actual condición del estero, que antes era una atracción para la localidad. Postigo y otros residentes han enviado una carta a las autoridades solicitando una solución para el estancamiento del agua, que está creando un ambiente anaeróbico propicio para la proliferación de vectores de enfermedades e infecciones, como zancudos, mosquitos, roedores y aves.
La preocupación es particularmente aguda debido a la presencia de los mosquitos Aedes aegypti y Anopheles pseudopunctipennis, vectores de la propagación del dengue, que se crían en aguas estancadas. Además, más de 500 personas han firmado un documento solicitando la apertura del estero para evitar que el agua se estanque.
Javier Aroca, otro residente de la localidad, expresó su frustración con la falta de acción de las autoridades de salud en respuesta a las picaduras de mosquitos y al aumento de casos. Aroca señala que la gente ha estado yendo al CESFAM para registrar las picaduras y el aumento de casos durante un año, pero no ha habido respuesta.
Leonardo Gros, seremi de Medio Ambiente, ha asegurado que el hecho de que las aguas no lleguen al mar es un fenómeno común en todos los humedales y esteros de la región debido al cambio climático y a las condiciones de sequía. Gros también descartó la idea de que las obras realizadas por el MOP en la localidad hayan causado el estancamiento del agua.
Además, Gros explicó que es normal que existan zancudos en zonas cercanas a cuerpos de agua y descartó la posibilidad de que las condiciones locales permitan el desarrollo de mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue. Sugirió que los residentes instalen mallas en sus ventanas y puertas y utilicen repelentes, además de realizar fumigaciones en lugares específicos que no afecten directamente al humedal.
Tomás Balaguer, funcionario de la seremi de Salud, reafirmó que la región no alberga al vector que transmite el dengue y que no hay casos autóctonos de la enfermedad en Chile continental. Balaguer también destacó que desde 2015 se lleva a cabo un programa de vigilancia en todas las regiones y que, en Tongoy, no se han detectado mosquitos Aedes aegypti.