El Sistema de Admisión Escolar (SAE), implementado por el Ministerio de Educación (MINEDUC), ha sido objeto de críticas en las últimas semanas por algunos padres e instituciones educativas debido a la falta de matrículas. Un número significativo de niños aún no han podido inscribirse en un colegio. Sin embargo, un estudio del MINEDUC revela que en casi todas las regiones hay más cupos que postulantes, aunque algunos niveles de educación presentan más dificultades para cubrir la oferta.
El estudio muestra un incremento sostenido en la cantidad de vacantes, de 955.220 en 2020 a 1.127.548 durante este año, lo que representa un aumento de 172.328 cupos. Para el año 2024, se espera contar con 12.930 matrículas más que en el curso anterior y 34.358 postulantes menos. Aunque entre 2020 y 2024 se espera un aumento de 53.238 solicitantes, se observa una disminución en los períodos 2020-2021 y 2023-2024.
Con casi dos vacantes (1,97 para ser exactos) por cada postulante, la región de Coquimbo se destaca como la zona con más cupos disponibles en el norte del país. Ante la pregunta de por qué algunos estudiantes se quedan sin matrícula a pesar de que en promedio hay más vacantes que solicitantes, la titular del Ministerio de Educación de la Región de Coquimbo, Cecilia Ramírez, explicó que la falta de cupos no es responsabilidad del SAE.
Según Ramírez, el SAE garantiza la transparencia y la democratización en el acceso a los establecimientos educativos en todo el país. La falta de oferta tiene que ver con que durante mucho tiempo el sistema no se centró en la construcción de escuelas públicas, y está relacionada con la falta de espacios educativos donde llevar a cabo el proceso pedagógico. Algunos recintos reportan menos cupos de los que tienen autorizados por el MINEDUC.
Desde 2022, el ministerio está revisando y comparando los «reconocimientos oficiales», que son documentos que entrega el MINEDUC para autorizar la operación de una institución educativa y proporcionar el servicio educativo correspondiente. Cada institución tiene una capacidad de 17 aulas para 45 estudiantes en cada una.
Como educadora diferencial, Ramírez entiende que tener esa cantidad de alumnos en un aula complica el proceso de enseñanza. Por lo tanto, se ha llegado a un acuerdo con los sostenedores de no sobrepasar, si es posible, los 40 estudiantes por aula. Todas las aulas tienen el espacio necesario para albergar esa cantidad de estudiantes. Sin embargo, se han encontrado con algunas modificaciones en la infraestructura realizadas por algunos sostenedores que no han sido informadas al ministerio. Cada modificación en el espacio educativo debe ser comunicada al ministerio solicitando una actualización de capacidad.
Ramírez aseguró que en la Región de Coquimbo actualmente existen «cero sillas faltantes», es decir, hay cupos disponibles para matrícula en todos los niveles. Sin embargo, la elección de matricular a los estudiantes en los establecimientos donde hay matrícula disponible depende de las familias, ya que hay centros que son de alta demanda. Si un colegio tiene solo cuatro o cinco cupos en primer grado, es imposible que puedan aceptar las 500 solicitudes a ese nivel de la institución.
Este año escolar, hubo dificultades con las vacantes para el primer grado. Se amplió la capacidad en las aulas y se pidió a los sostenedores que informaran las vacantes disponibles, de acuerdo a la capacidad de su recinto. Al mismo tiempo, se mantuvo un diálogo con algunos sostenedores para crear nuevos cursos paralelos en caso de tener salas disponibles.