El periodista chileno, Mauricio Palma, llevó a cabo una investigación exhaustiva para desentrañar un misterio que ha dejado una huella imborrable en la historia de la ciudad de Coquimbo. El caso en cuestión, ocurrido el 24 de diciembre de 1973, es la muerte de dos niños, Rodrigo Palma Moraga y Jimmy Christie Bossy, en la localidad de Guayacán. Palma ha dedicado gran parte de su carrera a entender qué sucedió exactamente aquel día fatídico. Su trabajo ha culminado en un libro titulado “La Navidad más triste de Coquimbo”, donde presenta una serie de pruebas que apuntan a una hipótesis sorprendente.
Desde su infancia en Coquimbo, en el sector de El Llano, Palma había escuchado que estos menores habían sido asesinados por militares tras el Golpe de Estado de septiembre de 1973, un rumor que motivó su decisión de investigar el caso una vez adulto. A medida que avanzaba su investigación, las pruebas existentes y las declaraciones de algunos testigos lo llevaron a concluir que ambos niños perdieron la vida producto de un derrumbe.
Según Palma, los niños murieron en un derrumbe, basándose en la posición de los cuerpos y los documentos tanatológicos. En su investigación, exploró todas las posibilidades, desde un homicidio, un posible secuestro o la remoción de cuerpos. No encontró ningún informe tanatológico que confirmara estas tesis. Los cuerpos no presentaban heridas de bala ni rastros de pólvora.
Aún así, la teoría del derrumbe no es aceptada por todos. Muchos vecinos y personas que participaron en la búsqueda de los niños están convencidos de que fueron asesinados. Incluso uno de los niños que encontraron los cuerpos, cuatro años después de la desaparición, sigue creyendo que fueron asesinados.
La investigación judicial del caso está a cargo del juez Vicente Hormazábal desde 2018. Este magistrado, en una entrevista anterior, ha planteado que no ha llegado a una conclusión definitiva y continúa investigando. Respecto a la teoría del derrumbe, ha afirmado que está investigándola y ha interrogado a muchas personas que participaron en la búsqueda, incluyendo a los familiares de los niños.
El juez Hormazábal mencionó que, en caso de un derrumbe, este debió haber sido bastante notorio para las personas que buscaban a los niños. Sin embargo, la zona donde los niños desaparecieron ha cambiado mucho desde entonces y ahora es un estacionamiento, por lo que es difícil de investigar.
La madre de Rodrigo Palma Moraga, Eugenia Moraga, está convencida de que su hijo y su amigo fueron asesinados. Recordó que miembros de la policía de la época le dijeron que les dispararon desde los estanques. Trató durante décadas de ubicar a esos policías, pero todos los esfuerzos fueron infructuosos.
El caso sigue sin resolver. El 24 de diciembre de 1973, los niños desaparecieron. A pesar de la búsqueda incansable de sus padres y vecinos del sector de Guayacán, no fueron encontrados hasta 1977, enterrados en un sector que había sido rastreado muchas veces. La muerte de Rodrigo Palma Moraga y Jimmy Christie Bossy sigue siendo uno de los misterios más oscuros de la historia de Coquimbo.