Las recientes lluvias en la Región de Coquimbo brindan alivio a la escasez hídrica pero los desafíos persisten
Las recientes precipitaciones en la Región de Coquimbo, aunque no de gran magnitud, fueron bienvenidas tanto por la población como por los expertos, debido a la situación de escasez hídrica que la región enfrenta. La nieve acumulada, en particular, aportará alivio en forma de escorrentías y acumulación de agua en los embalses, según Sebastián Norambuena, modelador hidrológico del Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales (PROMMRA) de la Universidad de La Serena (ULS).
Espera que en la cuenca del río Elqui, los escurrimientos podrían llegar a 3-4 millones de metros cúbicos de agua durante aproximadamente 21 días. «Todo va a depender de las temperaturas además del comportamiento de ella. Esto, va a generar, en promedio, 500 a 600 litros por segundo en el período de tiempo en donde se vaya derritiendo la nieve. A pesar de que son pequeños los montos de agua que se van a acumular, serán de gran ayuda para combatir la sequía«, afirmó Norambuena.
A medida que se acerca el invierno, los primeros pronósticos comienzan a surgir para determinar si será o no una temporada lluviosa. El Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA) señaló que las últimas semanas solo han registrado episodios de llovizna a lo largo de la costa, mientras que en la cordillera y los valles, no hubo eventos significativos de lluvia como parte de la temporada seca.
Además, los niveles de los embalses siguen bajos, solo representando un 4% de su capacidad total. El fenómeno climático de El Niño, que ha estado presente, está debilitándose y se espera que alcance una fase neutra entre abril y junio, antes de que llegue su fenómeno opuesto, La Niña, durante el invierno.
«En términos de precipitación, lo anterior implica que factores de escala intraestacional serían los principales agentes moduladores de la frecuencia e intensidad de los sistemas frontales que lleguen a la región durante la temporada lluviosa. Tomando en cuenta lo anterior, los modelos sugieren que, lo más probable, es que las lluvias se mantengan por debajo o dentro del rango normal, al menos hasta inicios del invierno», destacó CEAZA.
Norambuena añadió que se espera un invierno en fase neutra, pasando a La Niña en primavera. Esto significa que en el trimestre de junio, julio y agosto, se formarán eventos de precipitación de sistemas frontales con bajas segregadas, como el que se experimentó el fin de semana pasado.
Sin embargo, la llegada de estos frentes dependerá del Anticiclón del Pacífico, una banda de altas presiones en nuestra región que puede impedir que los frentes provenientes del Océano Pacífico lleguen al continente.
El fenómeno de La Niña se caracteriza por un enfriamiento de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial. Este fenómeno ocurre cada dos o siete años y alterna con su episodio opuesto, El Niño, y periodos neutros. Estas fluctuaciones de temperatura pueden tener un impacto significativo en el clima global.
A pesar de las recientes lluvias, la Región de Coquimbo continúa enfrentando desafíos en términos de escasez de agua. La llegada del fenómeno de La Niña podría traer más lluvias, pero estas podrían mantenerse dentro o por debajo de los niveles normales. Los expertos están monitoreando de cerca la situación y trabajando en modelos para predecir la cantidad de agua que se podría acumular a medida que se derrite la nieve. El manejo del agua, tanto para el consumo humano como para la agricultura, sigue siendo una preocupación clave en la región.