La lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada en Chile tiene muchas facetas. Una de las más recientes se desarrolló en la localidad de Tierras Blancas, en la Municipalidad de Coquimbo, donde las autoridades desmantelaron un “narco memorial”, un lugar que se había convertido en un foco de inseguridad para la comunidad local.
El altar delictivo consistía en una serie de cajas fuertes, que eran dejadas como “trofeos” de los delitos cometidos por criminales que rendían culto a un hombre fallecido en un ajuste de cuentas en 2015, llamado Marcelo Antonio Cornejo Arellano, alias “el Mortadela”. Los objetos de estos delincuentes eran colocados en una cancha de baby fútbol en la población Cital, causando inseguridad y malestar entre los habitantes de la zona.
Jaime Rojas, director de seguridad pública de la Municipalidad de Coquimbo, destacó el trabajo en conjunto con Carabineros para abordar este problema. Según Rojas, la prioridad siempre ha sido la recuperación de los espacios públicos y este esfuerzo se traduce en acciones concretas, como la intervención en la población Cital para eliminar el mencionado ‘narco memorial’.
El capitán Claudio Amigo, subcomisario de Tierras Blancas, explicó que el memorial se había convertido en un lugar de reunión para delincuentes, donde se llevaban a cabo actividades ilícitas en “honor” al fallecido. La ubicación del “narco memorial” era especialmente preocupante, ya que se encontraba en una multicancha cercana a un jardín infantil, lo que aumentaba el riesgo para la comunidad, especialmente para los niños que frecuentaban el área.
Gracias a la coordinación entre las autoridades municipales y policiales, se logró la incautación de todas las cajas fuertes que componían el memorial. Con esta acción, las autoridades lograron desmantelar este lugar de “adoración” criminal y devolver la seguridad a los habitantes de Tierras Blancas.
El delincuente fallecido, conocido como “el Mortadela”, tenía un extenso historial delictivo que incluía cargos por robo, receptación, tráfico de drogas, agresión a personal policial, porte ilegal de armas de fuego y lesiones. Fue abatido en un ajuste de cuentas por un menor de edad que le disparó en varias ocasiones en marzo de 2015.
El delegado presidencial, Galo Luna, destacó el trabajo conjunto entre el municipio porteño, Carabineros y Seguridad Pública, que permitió retirar este “memorial” que era un lugar de encuentro propicio para llevar a cabo actos delictivos. Luna subrayó la misión de recuperar espacios ocupados por la narcocultura para prevenir nuevos delitos y la importancia de la cooperación de los vecinos para poder recuperar estos espacios y mantenerlos como lugares comunitarios.
Marco Antonio Sulantay, un diputado local, hizo hincapié en la necesidad de combatir la narcocultura, evitando exaltar figuras o íconos negativos. Según Sulantay, esta cultura está arraigada profundamente en las comunidades, donde se presenta como un camino fácil hacia el éxito y la disponibilidad de recursos económicos.
Aunque este “narco memorial” fue desmantelado, las autoridades siguen vigilantes, ya que este tipo de altares puede encontrarse en otros lugares. Sin embargo, en la comuna de La Serena, la autoridad local, Gonzalo Arceu, afirmó que no se han registrado este tipo de altares, aunque existen algunos murales que son autorizados por los dueños de las casas.
Este caso ilustra los desafíos que enfrentan las autoridades en su lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada en Chile. La recuperación de espacios públicos ocupados por la narcocultura es una tarea fundamental en esta lucha, y requiere la cooperación de toda la comunidad para lograrlo. El trabajo en conjunto entre las autoridades municipales, las fuerzas de seguridad y los vecinos es clave para mantener la seguridad y la tranquilidad en las localidades afectadas por la delincuencia organizada.
