El Ibex 35, el principal indicador de la Bolsa española, cerró la jornada de ayer con una caída del 1,71%, hasta situarse en los 10.900 puntos. Este descenso ha puesto fin a una racha de ganancias que se venía produciendo en las últimas semanas y que ahora parece haberse estancado.
La volatilidad ha vuelto a hacer acto de presencia en los mercados financieros, y la sesión de ayer no fue una excepción. La caída del índice bursátil español se produjo en un contexto de incertidumbre a nivel mundial, marcado por las tensiones geopolíticas y los temores a un posible enfriamiento de la economía global.
A pesar de la negatividad que reinó en la Bolsa española, algunos valores consiguieron resistir a la tempestad. Entre ellos, destacó el comportamiento de empresas como Telefónica o Amadeus, que lograron mantenerse en positivo a lo largo de la sesión.
Por otro lado, las compañías más castigadas fueron, sin lugar a dudas, las pertenecientes al sector energético. Repsol y Iberdrola cayeron un 2,2% y un 2,1% respectivamente, arrastradas por las caídas del precio del petróleo en los mercados internacionales. No obstante, cabe destacar que este comportamiento no fue exclusivo del mercado español, sino que se extendió a las principales plazas bursátiles europeas.
En este sentido, el DAX alemán y el FTSE 100 británico también registraron pérdidas, del 1,7% y del 1,6% respectivamente. Ambos índices se vieron afectados por las mismas incertidumbres que pesaron sobre el Ibex, aunque en su caso, el peso de las empresas energéticas en su composición es menor, por lo que el impacto fue ligeramente inferior.
Si nos fijamos en el comportamiento de los diferentes sectores que componen el Ibex, podemos observar que, además del energético, el financiero fue otro de los que peor evolucionó. Los bancos, y especialmente BBVA y Santander, sufrieron importantes caídas, en línea con lo que ocurrió en el resto de Europa.
Las caídas en el Ibex 35 también se vieron influenciadas por la evolución del euro, que se depreció frente al dólar y el yen. Esta depreciación del euro, que normalmente beneficia a las empresas exportadoras, en esta ocasión pareció tener un efecto negativo sobre el mercado, debido a las preocupaciones sobre la salud de la economía global.
En el ámbito macroeconómico, los inversores están pendientes de la evolución de la inflación y de las decisiones que pueda tomar el Banco Central Europeo (BCE) en su próxima reunión. Este organismo tiene el mandato de mantener la inflación en niveles cercanos, pero por debajo del 2%. Si la inflación se acelera, el BCE podría verse obligado a subir los tipos de interés, lo que podría tener un impacto negativo en la renta variable.
En cualquier caso, los inversores deberán mantenerse alerta ante los próximos movimientos del mercado. La volatilidad, las tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica son factores que podrían seguir condicionando el comportamiento del Ibex 35 en las próximas sesiones. Aunque los expertos continúan recomendando la prudencia, la diversificación y la selección de valores de calidad como estrategia de inversión en este complicado entorno.
La rentabilidad por dividendo, la capacidad de generar flujo de caja y la solvencia son algunos de los criterios que los inversores deberían tener en cuenta a la hora de seleccionar sus inversiones. En este sentido, empresas con un buen comportamiento en estos aspectos podrían ser una buena opción en estos momentos de incertidumbre.
En conclusión, el Ibex 35 ha sufrido una caída importante en la sesión de ayer. Sin embargo, es importante recordar que los mercados son volátiles y que las fluctuaciones son normales. Por tanto, es esencial mantener la calma y no tomar decisiones precipitadas basadas en el miedo o la avaricia.